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Introducción

12 Abr

Introducción

El nombre que elegí para este libro: El Gallo Nigüento, ya fue utilizado por el famoso escritor Homero Carvalho Oliva. Otro escrito de renombre, Winston Estremadoiro, utiliza esa expresión. Maggy Talavera también usa esa expresión: El gallo nigüento –ese que se sacó las niguas y se fue contento–. Ramón Rocha Monroy, en “memorias de Alfonso Reyes”, nombra esa frase como la palabra jitanjáfora. A esas palabras que no tienen significado, pero tienen ternura y ritmo, Alfonso Reyes las bautizó como jitanjáforas. Palabras que no se dirigen a la razón si no a la sensación y a la fantasía; que no tienen otra utilidad que el halago. 

 

Siempre que mis nietos me insistían que les cuente un cuento más y daba por terminada la sesión, contando el cuento del Gallo Nigüento: El gallo que se quitó las niguas y quedó contento. Algo como decir: Colorín colorado, este cuento ha terminado.

 

En este libro utilizo como muletilla un personaje al que denomino: El Ser Chiquito, que en alguna oportunidad solo denomino: Chito y en contadas oportunidades como: el Duende Cibernético. Es un personaje de ficción que me acompaña desde que tengo uso de razón y que en muchas oportunidades he llegado a pensar, que no es un personaje de simple ilusión, sino que es mi alma o más que eso, es la personificación de mi Angel Guardián.

 

El Ser Chiquito, cuando yo era niño, era mi compañía incondicional, yo hablaba con él, yo jugaba con él, el me acompañaba en mis penas, él era como mi conciencia, me hacía recapacitar cuando no había actuado correctamente. Era como Pepe el grillo en el cuento de Pinocho. Cuando fui joven siguió conmigo y esa amistad sigue hasta el día de hoy y constantemente pienso en él, especialmente cuando estoy triste.

 

Es un personaje que me ayuda a escribir, que me ayuda a soñar, que me hace recapacitar, es alguien con el que me comunico telepáticamente y que siempre que estoy en situaciones difíciles aflora a mi mente y me dice: Flaco ¿Qué te pasa?, ¿en qué te puedo ayudar?, ¡manda al diablo todo y conversemos…! Es en ese momento que me visitan las musas y dejo en el papel lo que expresa mi estado de ánimo.

 

Tengo la plena seguridad que mi personaje, compañero, amigo y Angel de la Guarda, tendrá una presencia inolvidable entre todos los miembros de mi familia y muy especialmente en mis nietos, que siempre que piensen el abuelo, también pensarán en El Ser Chiquito y cuando lo nombren, indirectamente pensarán en el abuelo.

 

Miguel Aramayo

SCZ. 12-04-2016 Día del niño boliviano.