info@miguelaramayo.com

Yo creo que al indio lo conozco, pero ¿no sé si será verdad?.

2 Abr

Yo creo que al indio lo conozco, pero ¿no sé si será verdad?.

Leer a  Alcides Arguedas  da una idea de lo que es el indio del altiplano y los contados valles que tienen La Paz y este escritor no tiene genes de esa gente, en cambio Franz Tamayo, si tiene esos genes, su madre fue indígena, aunque el tiene una educación muy refinada, que también lo demuestra lo que escribe. Lo que escribiré es en base a mis experiencias en base a mi vivencia, las opiniones de cómo son, corresponden a observación y trato directo con ellos, es lo que aprendí de ellos en mis primeros años de infancia y pubertad. Lo demás  a partir de esa edad, de mi experiencia juvenil y de mi edad adulta, se refleja únicamente en chispazos directos, en anécdotas y en noticias de la prensa oral, radio y televisión y la escrita, que no es muy fructífera en ese tema.

 

Toda mi vida le tuve mucha pena al indio, especialmente al indio aymara, que es a mi entender un indio totalmente diferente del indio quechua y sin ningún parangón con el indio oriental, el guarayo o el ayoreo, que son los dos que conozco muy someramente. Al indio  aymara uno lo puede catalogar tan solo de una mirada, su expresión física está congelada, no muestra rasgos ni de alegría ni de felicidad, tampoco de tristeza o de pena y si uno quisiera ver si demuestra desprecio, odio o rabia; tampoco se podrá descubrir por su expresión la expresión de los sentimientos descritos.

 

Muchas veces me pregunté si será un capaz de sentir sentimientos, buenos o malos y siempre me quedó esa duda, si alguna vez se observan lagrimas en su rostro, son por simple casualidad, o algo les entre a los ojos y  les está produciendo la excreción de lagrimas o o son falsas. La risa solamente se aprecia en ellos cuando son muy niños, al igual que las lágrimas, que se muestran por hambre o dolor físico, pero no como resultado expresiones sentimentales.

 

Son muy callados, incluso entre ellos es muy difícil escucharlos hablar, y cuando lo hacen sus expresiones linguales son tan bruscas, tan fuertes, tan altisonantes, que no se sabe si expresan rabia, odio, si están peleando o se están insultando. Conozco algunas palabras y todas ellas tienen un tono rudo, incluso para decir “bueno”, “bondadoso”, suena como fuerte “koli” y la palabra “papá” se usa para expresar “señor”, “amo”, “patrón”, suena como “tata”, pero con una entonación fonética como soplada entre lengua y dientes, como escupiendo. Otra palabra que otros idiomas suena dulce es “pan” que en aymara es “kula”, también haciendo sonar con mayor fuerza de voz la “k”.

 

Al ser tan inexpresivo, en términos fisonómicos, la misma sensación de inexpresivo, siento cuando quiero analizar su carácter, retraído, callado, osco, arisco, frio, insensible y por lo tanto con las características adecuadas para ser un individuo hipócrita, falso, mentiroso.

 

Sólo vi algo de expresión cuando consumen alcohol, que se pelean entre ellos, sin ninguna piedad, haciendo uso de todo lo que está al alcance de sus manos, cuando bailan y tocan sus instrumentos con tonos monótonos, repetitivos, con muy pocos acordes  y tristes, como el sonido que produce el viento al chocar con la paja brava. También cuando en el mismo estado alcoholizado les pegan a sus mujeres e hijos, como si esa fuera una forma de cariño.

 

Lo he observado como un individuo flojo para hacer las cosas, sin ningún entusiasmo por hacer algo, generalmente el trabajo lo hacen las mujeres, ellos sólo camina, pescan y beben, y cuando hacen eso, mastican coca y beben en silencio, ni siquiera el acostumbrado “salud”, recién cuando el alcohol circula por su sangre, recién se los escucha hablar muy poco, más expresan sonidos de queja, de llanto, en un primer estágio, luego cantan muy poco y en forma muy monótona, después en el penúltimo estágio se escuchan los gritos, peleas y golpes, después se quedan alcoholizados, tirados en el suelo, sin mostrar ni frio, ni calor.

 

Este espacio de papel, es muy poco para profundizar en el tema, pero pienso “que para muestra, un botón es suficiente”.

 

 

 

Miguel Aramayo

SCZ. 02-01-2010