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Merlín.

19 Sep

Merlín.

Hace unos días nombré a “Merlín”, en algo que escribí sobre profecías. Desde ese momento ese nombrecito me quedó dando vueltas en mi mente. Para distraerme siempre busco que leer y en ese momento lo único que tenía a la mano eran poemas de Edgar Alan Poe y leí varios poemas, todos tristes y muy difíciles de leer, en el que más tiempo estuve y lo hice con mucho interés y concentración fue en “El cuervo”, eso de sus más famosos poemas y al que la gente le ha dedicado mucho interés. No me gustó mucho, mejor dicho no me gustó nada. Pero no me lo pude sacar de la cabeza al Mago Merlín.

 

Estando así en esa quietud que con mucha frecuencia me sucede, especialmente cundo estoy solo, sentí añoranzas, no con tristeza, simplemente con tranquilidad, como me sucede cada vez que estoy con cuerpo y mente desocupados. Sentí un cosquilleo en mi cuello, junto al mentón y al lóbulo de la oreja izquierda, algo como que si una mano chiquita me acariciará. Ni bien recordé el parecido de esa sensación, me recordé de mi gran amigo y compañero, el “Ser Chiquito”.

–Chiquito que haces.

–¿Cómo sabes que soy yo?

–¿Quién más puede ser? –Si te conozco tanto y siempre estoy pensando en vos. Mucho más ahora que hacia tanto tiempo que no estábamos en contacto.

–Flaco vos sos un ingrato, sólo te acuerdas de mi cuando me necesitas.

–Chiquito, no vengas con tus llantitos, si sabes que no es así. Lo que pasa que con vos puedo conversar con total confianza y expresarte mis temores, además vos tienes tantos argumentos y argucias que realmente me resultan de mucha utilidad, por no decir de total necesidad.

–Que jocha hacemos ahora.

–Ninguna, sólo me interesa hacer alguna investigación. –¿Has oído hablar de Merlín?

–¿El mago sobre el que existen tantas historias, fabulas y  cuentos?

–El mismo.

–Sé tanto de él, que podría ayudarte a escribir un libro o producir una película.

–Soy todo oído, inicia tu relato.

–¿Quieres que inicie con: “Fue una vez”?

No, sin nada de chistes, ni más dilaciones. –¡Te escucho…!

 

Merlín es sin duda un personaje que se entrelaza entre la historia y la leyenda céltica de la época. Su historia está repleta de misterios y relatada en obras literarias, de poca credibilidad histórica, lo que dificulta señalar la fecha exacta de su nacimiento.

 

Según unos fue engendrado por el demonio Asmodeo, que se unió ilícitamente a una monja. Otras versiones menos truculentas sugieren que fue concebido sin ninguna intervención masculina. Finalmente se dice que era hijo de una princesa de Dyved, un hada, según afirman antiquísimas leyendas. Pudo ser también una sacerdotisa druida, con tres denominaciones de origen bien distintas. Quedándose dormida cierta mañana de estío en la floresta, fue objeto del amor de un genio de los conocidos bajo el nombre de “duz”, que moraba en el bosque del valle de Basalik, en la costa meridional de Cambria, y posteriormente dio a luz al pequeño Merlín. Merlín significa el Maestro, o Myrddin Emrys en galés.

 

Merlín aseguraba que su padre habitaba en los cielos y que nació de una virgen. Podemos leer en una obra biográfica, que Merlín obtuvo gran fama es su época y que fue constructor de puentes, barcos e incluso el mismísimo palacio del rey.

 

Se afirma que Arturo de Britania era hijo de Uther Pendragon, el segundo esposo de su madre Igraín, duquesa de Cornwall, que Merlín, con sus hechicerías tuvo mucho que ver con el nacimiento del rey, pero lo que no se ha difundido demasiado, es que Igraín provenía de la Atlántida de donde huyó antes del cataclismo… en compañía de Merlín, por esta razón se asegura que Igraín era un hada, y se sostiene que las hadas y los magos, son los supervivientes de ese mítico continente.

 

Merlín predijo las Cruzadas, la Revolución Francesa, el final del poder temporal del papado, el fin del mundo. Era capaz de hablar con los animales, de cambiar de forma, de hacerse invisible, y también de controlar el clima y los elementos, aunque estas habilidades las empleaba con sumo cuidado para no enfurecer a la poderosa Naturaleza.

 

Se dice que Merlín fue el amor del hada Viviana: Merlín legó a amar tanto a Viviana que no dudó en edificarle, en el estanque donde se duplica la silueta del castillo de Comper, en Concoret, una ciudadela de cristal Y fue allí, en aquel bucólico escenario donde la llamada “Dama del Lago” crió a Lancelot, el cual no tardaría en convertirse en uno de los más legendarios caballeros del rey Arturo.

 

En la novela medieval Lancelot y Ginebra se contaba de él lo siguiente: «Conocía la esencia de todas las cosas, su transformación y su renovación, conocía el secreto del Sol y de la Luna, las leyes que rigen el curso de las estrellas en el firmamento; las imágenes mágicas de las nubes y el aire; los misterios del mar. Conocía los demonios que envían sueños bajo la Luna. Comprendía el grito áspero de la corneja, el volar cantarín de los cisnes, la resurrección del fénix. Podía interpretar el vuelo de los cuervos, el rumbo de los peces y las ideas ciegas de los hombres, y predecía todas las cosas que sucedían después.»

 

La leyenda de Merlín viene de dos fuentes históricas fundamentales: La tradición de Lailoken y la historia de Ambrosio el Niño. Lailoken era un bardo y poeta que vivía en el actual Strythclide (suroeste de Escocia), y era un importante consejero del rey bretón Gwenddolau. Cuando su señor fue derrotado y muerto en la batalla de Arfderydd (actual Arthuret) en el año 574, se sumergió en la locura y abandonó la civilización. Huyó a los bosques de Celidon donde pasó tres días sollozando y allí se dedicó a profetizar en compañía de un lobo.

 

–Flaco, podría escribir mucho más sobre Merlín, como te dije, te puedo dar material, para un libro de historia, para una novela, o para una película, pero creo que con esto que te acabo de contar, es suficiente. 

–Chiquito, ¡sos mucho tipo…!, creo que tus respuestas han cubierto, por demás, mi curiosidad sobre ese personaje. 

–Flaco, he observado últimamente, que estás escribiendo como si quisieras escapar de la realidad. ¿Qué te pasa? Estás escapando de algo. 

–Chiquito, con tanta política absurda a nivel local. Con tanto desastre y deshumanización, a nivel internacional. Más algunos problemitas familiares y otros normales en el trabajo. El escribir sobre superficialidades, me distrae y me aleja de eso. 

–Pero ¿qué sacas con eso?, porque no afrontas y escribes como lo hace un amigo tuyo, al que constantemente reenvías sus artículos. 

–Me falta capacidad política para opinar sobre esos temas y me sobra bronca por lo que veo, principalmente, por lo que nos mienten, lo que se aprovechan de la ignorancia de la gente, que no tiene nada en la cabeza y de la pobreza, de los que teniendo algo en la cabeza, tienen hambre  y sobre todo hambre de hacerse ricos fácilmente. Sin trabajar, mintiendo a los ignorantes y hambrientos.

–Realmente te comprendo y no sé cómo ayudarte. 

–Chiquito, yo sé que me comprendes y sabes que esto que siento, no es de importancia, que además es pasajero, que terminadas las elecciones, ¡que sabemos quién las ganará…!, volveremos a la rutina política, rutina de hace más de 60 años, y nosotros continuaremos trabajando, trabajando  para hacer grande este pueblo que tanto queremos, además dando ejemplo a los que nos siguen. 

 

 

Miguel Aramayo

SCZ.19-09-2014