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El romance de los abuelos.

9 May

El romance de los abuelos.

El romance de los abuelos.

 

Nunca había pensado en el romance de los abuelos, ¡mentira…! Alguna vez pensé, pero no con el detenimiento que pienso hacerlo ahora, además nunca lo había dejado por escrito. Después de todo, ellos ya no están y mi madre me confirmará si lo que diré es verdad, poco acercado a la verdad o estoy diciendo macanas. Pienso que mi madre es la única que podrá opinar sobre este tema, porque de mis primos no creo que ninguno y ella es el nexo con ese pasado reciente.

 

Llegaron a mis oídos de alguna manera, ¿no sé cómo?, pero como siempre fui “metiche”, lo que les relatare a continuación: Mi bisabuela Eloísa Alviña, era mayor que mi abuelo Manuel Muñoz y también tengo comentarios, que el matrimonio fue un robo, como lo llamaban antiguamente; porque había oposición de las familias y mucho amor de los novios, o simplemente, para ahorrar en la ceremonia y la fiesta. No tengo muchos datos del amorío de esos bisabuelos, pero puedo asegurar, por lo que me recuerdo, de las expresiones de la abuela, fue un amor apasionado y un matrimonio estable, porque Eloísa siempre lo recordaba con muy lindas expresiones. Ellos eran de Arequipa (Perú) y después de eso se trasladaron a Lima y luego a Argentina, donde tuvieron una hija, mi abuela Mercedes Muñoz.

 

También de las charlas y algunos comentarios de parientes, sé que el enamoramiento de mis abuelos Mercedes Muñoz y Carlos Aramayo, fue apasionado dada la edad de ambos, decían que la abuela tenía 14 y el abuelo 19, también tengo los comentarios de que la abuela quedo esperando, mientras hacían una pascana, en un viaje de Buenos Aires a Lima y sus padre partieron con los tortolitos a Lima, donde el abuelo estudio y procrearon cinco hijos, más dos que nacieron en Bolivia, de todos ellos, sólo queda tía Blanca Aramayo de Mealla. Una hija murió en Lima a muy tierna edad, porque cayó de la hamaca. Ese matrimonio también me dio la impresión de felicidad, el abuelo quedó viudo y nunca volvió casarse, pero creo que porque las hijas, especialmente una, le hicieron la vida imposible con respecto a ese tema.

 

Del enamoramiento de mi bisabuela Clementina Campos, también se muy poco, mejor dicho no sé nada, nunca escuché nombrarlo al bisabuelo, Casiano Aramayo y únicamente vi una foto de él en la casa de mi abuelo Carlos.

 

De los padres de mi abuela Juana Martinez, no se absolutamente nada, pero del amor entre ella y mi abuelo Claudio Mejía, sé que fue tormentoso, para ella ya eran segundas nupcias y el abuelo Claudio no fue muy responsable que digamos, de todas maneas procrearon cinco hijos, más uno de la abuela, de los cuales sólo quedan dos mi madre y una tía.

 

Los abuelos de mi madre que Vivian en Sorata y eran padres del abuelo Claudia Mejía tienen una historia diferente, La abuela i Rodrigo casa con Isaac Mejía quedo viuda muy temprano y se casó en segundas nupcias con un gran amigo del ex marido, de apellido Tejerina, tuvo varios hijos más, creo que seis más. Tampoco se mucho del amor de estos abuelos.

 

Como verán las pasiones y el amor no es nada nuevo, al contrario, pienso que la gente de antes le daba mucho más importancia al amor, que en la mayoría de los casos era apasionado y estoy seguro que las parejas de antes eran mucho más románticas que lo que son ahora y la prueba está en la literatura, especialmente en el género de la poesía, ahora hay muchos menos, casi ningún, poeta romántico.

 

Como verán, se mucho de los abuelos, un poco menos de los bisabuelos y todo esto que les platique, corresponde a mis averiguaciones, porque además de ser metiche, también fui muy preguntón y me agradó compartir con los mayores, a los que les preguntaba todo, no sólo por curiosidad, sino que siempre fui apegado a la familia y me interesaba saber de ella.

 

Miguel Aramayo

SCZ. 09-05-2015