Física cuántica y neutrinos
Estando solo y muy atento, me pareció que alguien más estaba conmigo en ese momento y pregunte: –¿Eres vos? Y escuché que me respondieron: –¿Eres vos? Volví a preguntar –¿Eres vos? Y la respuesta fue la misma, como si se tratara de un eco, pero no podía ser y repetí la pregunta, pero algo diferente: –¿Eres vos Miguel? Y la respuesta fue la misma: –¿Eres vos Miguel? Me quedé pensando lo que podía estar sucediendo. Estaba en un laboratorio al que me habían invitado y era primera vez que estaba en esas instalaciones y en ese momento el encargado jefe, que fue el que me atendió y me dio la bienvenida me dejó solo mientras el atendía una llamada de video conferencia que debía realizarla en otra oficina.
Estaba a 800 metros debajo de tierra en el laboratorio de “Centro de Investigación Subterráneo de Sanfor” (SURF), cuando fui recibido por el jefe, pasó a funcionar algunos controles, pidió que me sentará en una mesa que aparentaba ser de reuniones y por gentileza me ubico en la cabecera, los aparatos que activo estaba a mi derecha. Él tuvo que salir de prisa porque aparentemente la conferencia era muy urgente y yo me quedé solo y desorientado, fijándome en el titilar de las luces de control, de algunos diodos que alumbraban de color azul, y otros rojos y algunos verdes, pestañaban con cierta intensidad y frecuencia; eso me mantuvo distraído, quieto y silencioso
En un momento determinado, extendí la palma de mi mano y sin contar hasta tres, un billón de neutrinos acababa de atravesar mi piel, mis músculos y los huesos de mi mano. Estas minúsculas partículas pasan por el espacio vacío de los átomos casi a la velocidad de la luz en un viaje interestelar que no deja rastro. El Experimento de Neutrinos Subterráneo Profundo (DUNE, por sus siglas en inglés) proyecta un nuevo acelerador y dos nuevos detectores de un haz de neutrinos que recorrerá 1.300 kilómetros por el subsuelo de Estados Unidos. La prueba puede aportar respuestas sobre el origen del universo.
Al realizar ese movimiento de mi mano, lo que había conseguido es activar un equipo que acumula esas partículas, que son procesadas por un acumulador cuántico, que en ese momento estaba utilizando mi vos, para emular una réplica de mí mismo, con lo cual tuve la oportunidad de verme yo mismo, pero en una primera etapa con las mismas características que tenía hace 40 años atrás; flaco, esbelto, con muy pocas canas y sin nada de barriga, ni ningún rollito.
Cuando entro el jefe, largo una carcajada, porque él tenía la oportunidad de ver a los gemelos, pero con una diferencia de varios años y muchos menos kilos el uno del otro. Mientras yo lo observaba como queriendo decirle, que yo no toqué nada, que todo eso fue automático, de generación espontánea. En pocas palabras me explicó eso que sucedía, pero para eso utilizó tantas palabras difíciles. Quedé boquiabierto y temeroso, pensando que había hecho algo mal, pero en su explicación me dio a entender que no pasa nada malo y más bien movió un interruptor y pude apreciar el cambio en mí, pero esta vez con veinte años más y por lo tanto la cabeza totalmente blanca, la barriga un poco más prominente, pero la piel con muchas arrugas, la voz quebrada y los movimientos lentos y torpes.
Me gustó esa experiencia y el jefe me dijo que el momento que quiera utilizar el sistemita para manejar el proceso de regresión o adelanto del tiempo, quedaba a mi disposición. Esto que les cuento es porque mi amigo Roberto, me envió un artículo difícil de leer.
Miguel Aramayo
SCZ.17-02-2018