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¿Por qué estoy triste?

20 Feb

¿Por qué estoy triste?

Creo que una forma de clasificar a la gente es por el nivel de instrucción que hubiera recibido, porque si alguien recibe una adecuada educación primaria, ese individuo podrá hablar de historia y geografía, no sólo de nuestro país, sino de todo el mundo y si hubiera tenido una adecuada educación secundaria, se podría hablar con él de física, química, anatomía, matemáticas, algebra, trigonometría.

 

Lamentablemente los números expresan la realidad de los 10.969.949 (casi once millones) de habitantes que tiene Bolivia, la distribución por edad muestra el siguiente panorama, según estadísticas del 2016: 

0-14 años: 32,36% (hombres 1.808.567/mujeres 1.740.760)

15-24 años: 19,55% (hombres 1.086.134/mujeres 1.058.584)

25-54 años: 37,08% (hombres 1.986.514/mujeres 2.081.415)

55-64 años: 5,83% (hombres 296.197/mujeres 343.394)

65 años y más: 5,18% (hombres 250.749/mujeres 317.335)

De esa población más o menos el 66% se identifica como indígena y el 26% como mestizos.

 

Con esa información puedo asegurar que el 52% de la población está en edad escolar y por lo tanto, le falta preparación y la que ha recibido es tan deficiente o escasa que la mayoría pueden considerarse ignorantes, sobre todo considerando la distribución étnica de esa población. El 43% de la población es población activa, más o menos 4.707.520, de los cuales son mujeres 2.424.809, que equivale al 52%. Haciendo un análisis frio de números solamente el 12% de la población tiene un cierto nivel de instrucción, lo cual a mi criterio es lamentable.

 

Después de analizar esos números, sin ser estadista ni muy inteligente, ¿cómo no voy a estar triste?, porque sí a mi análisis le incremento un factor, el político y analizo que los que nos gobiernan no son más de 500 (quinientos políticos), (99% mestizos – 60% con instrucción – 2% con mediana inteligencia), que hacen lo que les place con el 80% de la población, que incluye un 52% de gente en nivel de estudiantes.

 

Analizando el nivel de educación nuestra situación es desastrosa y eso ya da para estar triste, pero si además de eso tenemos oportunidad de analizar la parte económica veremos que pese a que los indicadores macroeconómicos funcionan y son bien vistos por los organismos internacionales, al ver la deuda que tenemos, ya uno se pone a pensar que las cosas no son de color de rosas y si profundizamos incluyendo el déficit fiscal y el déficit comercial y la caída de los precios de las materias primas, las mermadas reservas e gas y a todo eso le aumentamos el despilfarro que hace el gobierno de los escasos recursos con los que contamos y el alto nivel de corrupción, que a mi criterio, es mucho mayor el que no vemos que el que ya nos mostraron.

 

Si a todo eso aumentamos la deficiencia en el manejo de la cosa pública y de la justicia, no sólo da para estar triste, da para llorar, porque esas quinientas personas que nos gobiernan no nos están llevando por buen camino, nos están llevando al desastre, porque creen que lo que hace Cuba y Venezuela es buen ejemplo, sin ver que el gran experimento ruso, es algo que, a todas luces, muestra que esa tendencia política no funciona.

 

Algunas veces pienso que uno podría vivir el momento, pero no se puede ser egoísta, debemos pensar en nuestros compatriotas, ¡que son la causa para que esté triste! Porque esos bolivianos (88%), con poca o ninguna instrucción, están siendo llevados al desastre y junto con ellos también nosotros.

 

Miguel Aramayo

SCZ.19-02-2017 Cumpleaños de mi hermano Pepe.