Espacio sideral
Estaban dos amigos haciendo pruebas con internet y algo nuevo de la inteligencia artificial y lograron entrar a un proceso de desmaterialización, lo que en épocas de nuestros abuelitos se denominaba “hombre invisible”, eso pensarían los que vieron esas películas o leyeron las revistas que trataban de ese tema. Lo actual era algo mucho más complejo, más abstracto, porque no era que habían logrado hacerse invisibles, que eso es muy simple en la actualidad, porque con simples rayos de luz o un tipo de pintura se puede conseguir volverse invisible al ojo humano. Lo que lograron estos muchachos fue volverse insustanciales.
Podían introducirse en un haz de luz y ser transportados de un lugar a otro a la velocidad de la luz. Introducirse en una fibra óptica, con lo cual podían estar escuchando una conversación telefónica o formar parte de un archivo de datos que ingrese a un procesador y pueda recorrer todo el disco duro en busca de archivos que contengan información valiosa, extraerla, modificarla o simplemente borrarla.
Lo que les cuento no es un extremo, es algo que cotidianamente podían realizar esos amigos y aprovechando de esa súper ventaja decidieron hacer lo que hizo Snowden, se convirtieron en Batman y Robín para defendernos a los normales mortales, contra “la amenaza de las redes”. Hay una posibilidad alarmante en el horizonte: una alianza entre Estados autoritarios y grandes monopolios informáticos que una los incipientes sistemas de vigilancia corporativa con los ya desarrollados sistemas de vigilancia estatal.
Vivimos un momento aciago de la historia mundial. Las sociedades abiertas están en crisis, y están en ascenso diversas formas de dictadura y de Estados mafiosos, de los que la Rusia de Vladimir Putin es un ejemplo. En Estados Unidos, al presidente Donald Trump le gustaría instituir una versión propia de un Estado de tipo mafioso, pero no puede, porque la Constitución, otras instituciones y una activa sociedad civil no lo permitirán.
No sólo está en duda la supervivencia de la sociedad abierta, sino también la de toda la civilización. El ascenso de líderes como Kim Jong-un en Corea del Norte y Trump en Estados Unidos tiene mucho que ver con esto. Ambos parecen dispuestos a correr el riesgo de una guerra nuclear para conservar el poder. Pero la causa principal es mucho más profunda. La capacidad de la humanidad para dominar las fuerzas de la naturaleza, con fines constructivos o destructivos, no para de crecer, mientras nuestra capacidad de dominarnos a nosotros mismos tiene fluctuaciones, y ahora está en retroceso. El auge de las grandes plataformas de Internet estadounidenses y su conducta monopolista contribuyen poderosamente a la impotencia del Gobierno estadounidense. Estas empresas han tenido muchas veces una actuación innovadora y liberadora. Pero el creciente poder de Facebook y Google las convirtió en obstáculos a la innovación y causantes de una variedad de problemas de los que apenas comenzamos a darnos cuenta. Las empresas generan ganancias explotando su entorno. Las mineras y petroleras explotan el entorno físico; las proveedoras de redes sociales explotan el entorno social. Esto es particularmente perverso, porque estas empresas influyen sobre la forma en que las personas piensan y actúan, sin que éstas ni siquiera se den cuenta; interfiere con el funcionamiento de la democracia y la integridad de las elecciones.
Mis amigos me contaron esto en forma muy secreta porque confían en mí y saben que yo no los voy a delatar y al contrario me ofrecí ayudarlos en lo que ellos me soliciten. Mi trabajo es permitirles que ingresen a internet desde mi computador, y estando en la red ellos me envían mensajes de que es lo que debo hacer, para permitirles controlar a dos de las grandes y para eso ellos me dan las directrices, mediante mensajes, que después de que los ejecuto se borra todo el rastro y ellos pueden monitorear la actividad de las dos grandes y no permitir acciones incorrectas que pongan en peligro la información individual y colectiva y sobre todo no permitir alianzas de las grandes con países abusivos.
Ya llevo trabajando con ellos hace un buen tiempo y mucho más desde que leímos un artículo de George Soros, que es presidente de Soros Fund Management y de Open Society Foundations y es autor de The Tragedy of the European Union: ¿Disintegration or Revival? (La tragedia de la Unión Europea: ¿desintegración o renacimiento?) (Base de este relato).
Miguel Aramayo
SCZ.02-03-2018