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Confiteor – ex toto corde pænitet me ómnium

9 Abr

Confiteor – ex toto corde pænitet me ómnium

Son dos oraciones que he repetido en latín en múltiples oportunidades, cuando estaba en colegio muy pocas veces en español. La primera oración dice: Yo confieso ante Dios Todopoderoso, y ante ustedes hermanos que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión. /Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa. /Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.  Y la segunda dice: Dios mío, /me arrepiento de todo corazón/de todos mis pecados y los aborrezco, /porque al pecar, /no sólo merezco las penas establecidas por ti justamente, /sino principalmente porque te ofendí, /a ti sumo Bien y digno de amor/por encima de todas las cosas…/Por eso propongo firmemente, /con ayuda de tu gracia, /no pecar más en adelante/y huir de toda ocasión de pecado. Por tanto tiempo que no me confieso, no sé si todavía se utilizan esas dos oraciones en español; en latín no creo que la use ni el papa en el Vaticano.

 

Lo que comento en el párrafo anterior, es sólo para hacerles recordar, que en español me lo enseñó mi bisabuela y en latín los salesianos, cuando estuve en el seminario, junto con todas las oraciones del catecismo usado antes del Concilio Vaticano II. Hago esta reflexión porque estoy leyendo un libro que me trajo a la memoria cosas antiguas. El libro es de un autor local, muy renombrado, Ruber Carvalho, que titula: “PurambaDonde el tiempo se perdió en la lejanía. Algo muy ameno de leer especialmente porque refresca la memoria de cosas pasadas, pero también menciona muchas cosas de la actualidad, de la más reciente. Escrito de una manera muy singular, porque no es que busque un doble sentido para describir la realidad que vivimos, lo expresa en el sentido directo, pero con un matiz que lo disimula, pero muestra que está bien informado del acontecer nacional, le da el sentido que el autor dibujó de otra manera literaria.

 

En la solapa izquierda, expresa sus señas particulares, indica que ejerció el periodismo en sus diferentes formas, que fue exiliado en las dictaduras militares y que escribió poesías, novelas, historia y ensayos. Las primeras 22 hojas están escritas de una manera poética e incluso transcribe un poema de Rafael Alberti, antes de iniciar la primera parte. La historia que relata, a mi criterio expresa muchas de sus vivencias, lo cual lo anticipa en “Historiando” donde expresa: “Vaya alguien a saber que saldrá de esto que solo pretende ser un cuaderno de apuntes, ideas, opiniones, reproducciones de conversaciones, de reflexiones, de lecturas y de escuchar a la gente en las calles, en los mercados, en los ómnibus. Recuerdos, deseos, catarsis, escribencias o escrituras escribidoras – …

 

Me gustó mucho la parte I del libro, porque relata de un pueblo, sus características, sus habitantes y el quehacer cotidiano de algunos de sus personajes. Relata de tal manera que uno se deja llevar y hasta de cierta manera se compenetra de la trama. En la parte II cambia el tema, se centra más en explicaciones políticas de añoranza, dejando muy pocas opiniones en la boca de Gabino, de Encarnación y de otros personajes que son nombrados al principio. Muestra una opinión interesante sobre los militares que en nuestra historia real se nombran como grandes héroes, que en la novela ya no son tan grandes como los conocíamos, pero expresa lo que se puede ver en otras historias y otros libros. Me resultó interesante una frase del libro: ¿para qué mierda sirve el patriotismo? ¿para qué carajo sirven los héroes?

 

Desde el capítulo IX nuevamente retoma la trama de los personajes del pueblo y se vuelve nuevamente interesante el relato y la forma de pintar a los personajes, pero no deja de mostrar su sesgo hacia lo político y la crítica de lo actual. Lo que más me agradó fue la parte en la que cuenta sobre el cementerio de Francisco de Vargas, cementerio que fue diseñado basado en lo que expresa el libro de “La divina comedia”.

 

No estoy calificado de opinar sobre política y menos sobre literatura, pero por lo poco que entiendo de esto último, el relato es tan agradable que destila prosa muy bien escrita, para mi gusto y por lo tanto si pueden leer ese libro, seguro que les gustará.

 

Miguel Aramayo

SCZ.01-03-2018