La divina comedia
Nací 7 meses antes del fin de la segunda guerra mundial (29-09-1944). Las primeras palabras que aprendí fueron: “Por favor” y “gracias”. A los seis años ya sabía rezar el rosario con sus tres misterios: gozosos, dolorosos y gloriosos. La primaria la hice en un colegio mixto y laico dirigido por adventistas. Los tres primeros años de secundaria en un seminario salesiano y los tres siguientes en colegio religioso. El libro que más he leído, el de Manuel Antonio Carreño, que titula “Manual de Urbanidad y Buenas Maneras”, escrito en Venezuela en 1853.
Por lo tanto, no cabe en mi cabeza todo lo que estoy viendo últimamente, al extremo que anoche me pareció rememorar en mis sueños el famoso libro de “Dante Alighieri”, “La divina comedia” (“La Divina”, fue añadida por Giovanni Boccaccio, porque el autor la llamó “La Comedia”). Aseguran que fue escrito en varios años, el “Infierno” pudo ser compuesto entre 1304 y 1307, el “Purgatorio” de 1307 a 1314 y por último, el “Paraíso” de 1314 a 1321, fecha del fallecimiento del poeta. Además, escribió varios tratados en latín sobre literatura, política y filosofía; el más importante: “De Monarchia”, que constituye una exposición detallada de sus ideas políticas, entre las cuales se encuentran la necesidad de la existencia de un “Sacro Imperio Romano” y “la separación de la iglesia y el estado”.
Ver que el gobernante más poderoso del mundo, encierre en jaulas a los niños hijos de inmigrantes indocumentados, para poder juzgar a sus padres. En otro país, un adolescente en la calle trató al presidente de ese país poderoso, con simplemente su apodo “Manu”, a lo que esté reaccionó y le pidió que lo llame de “Señor”. Ver la foto escalofriante de un delincuente asesinado en una cárcel. Ver que capturen a su abogado y luego lo liberen con libertad irrestricta y este denuncie a las autoridades, a quienes culpa de la muerte del delincuente y los incrimina, diciendo que tuvieron negocios con el delincuente y que incluso este les dio armas y los soborno con un vehículo nuevo.
Todas esas noticias estuvieron a disposición de todos nosotros, por la prensa oral y escrita, además de repetidas varias veces por las redes sociales. Con todo eso me pongo a pensar ¿cómo puede impactar eso en las mentes de nuestros niños, de nuestros jóvenes?, ¿qué podemos esperar del futuro…? Si estamos gobernados por personas que hacen cosas reñidas con la “urbanidad y las buenas maneras” y sobre todo reñidas con la moral.
Leer que un clérigo está involucrado en la venta de terrenos, que sin ser de su propiedad los negocia a su pareja y un político lo defiende diciendo que no es nada malo que un sacerdote católico tenga pareja, porque “no es el único” y ese único no se defienda públicamente, para limpiar su honra y calle en espera de un alto nombramiento y quien lo está por nombrar, no opine sobre el particular. Qué ejemplo podemos pedir para nosotros y nuestra prole, el futuro de la patria, el furo del mundo, el futuro de la humanidad.
Como dice el tango cambalache: “Que el mundo fue y será una porquería…”. “Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos…”.
Miguel Aramayo
SCZ.21-06-2018