Erotismo
Si los hechos y acontecimientos están bien escrito, si las expresiones son elegantes, mejor dicho, si no son ordinarias y vulgares, si el objeto no es la pornografía, el erotismo expresado en forma escrita resulta fino. Lo mismo puedo opinar del baile flamenco, especialmente el femenino, que me parece que lleva mucho de la danza árabe de los velos o del vientre. A su vez, me imagino que ambas danzas son el origen del strep tease, el mismo que acompañado de musica de jazz y sin ademanes ordinarios, es un lindo espectáculo. Por lo expresado pueden darse cuenta que estoy totalmente de acuerdo con el erotismo, cuando es fino, porque no solamente es aceptado por nuestro intelecto, sino que produce reacciones físicas agradables en nuestro organismo.
He terminado la lectura de la trilogía: “Trilogía del perdón” cuya autora es “Florencia Bonelli” una joven escritora argentina que inicio su trabajo en 1999. Tiene muchas novelas escritas, ya consiguió que sus obras tengan ediciones en varios idiomas. Sus relatos son históricos basado en los siglos XIX y XX. El primero tomo de esta trilogía se intitula “Jasy”, cuyo significado en guaraní es “luna” es una novela que ubica su escenario en las misiones jesuíticas próximas a Asunción del Paraguay y que para algunos aspectos dependían de la Audiencia de Charcas, para otras de los Jesuitas de Asunción y para otros temas directamente de Buenos Aires. Siglo XVIII.
Es una historia de amor muy particular, es un amor que nace en el momento que la muchacha nace y muere su madre, es un amor posesivo desde sus inicios, a partir de cuándo la muchacha tiene doce años y el muchacho dieciséis, se convierte en un relato erótico, constante, permanente y hasta cierto punto redundante, al extremo que en algunos momentos me dio la impresión de que se convertía en ¡cargoso…! Antes del nacimiento del muchacho también se inician las escenas de erotismo cuyos protagonistas son los padres de Aitor que es uno de los personajes principales de la novela, junto a su gran amor que se llama Emmanuela y a la que él apoda Jasy. Las escenas eróticas son descritas con todo detalle, sin esconder nada y puede ser demasiado fuerte para algunos lectores, pero es más elegante que “Cincuenta sombras de Gray”.
En toda la novela se describen pasajes muy interesantes, que relatan con mucha realidad cómo se desarrollaba la vida en las misiones jesuíticas, cómo era el comportamiento de los jesuitas, cómo era la vida de los indios guaraníes que estaban bajo la autoridad de los jesuitas, con mucho detalle se describen sus viviendas, sus calles, su plaza, su iglesia. En algunos momentos me pareció ver una película, porque los detalles son tan vividos que uno se compenetra en la trama.
A lo largo de toda la novela se utiliza como algo común las expresiones en guaraní, sin tener un pie de página o una referencia, pero lo interesante es que deja al ingenio del lector el buscar el significado de cada termino expresado en guaraní. Esa forma de escribir me mantuvo atento y fui marcando en el margen la expresión en guaraní y su correspondiente significado en español.
Otra cosa que me resultó interesante es la descripción de los productos alimenticios y medicinales que emplean los indios, porque no sólo presentan los nombres de las plantas en guaraní, sino que ponen el nombre en español y en muchos casos detallan la formulación de los productos, como es el caso del repelente para los mosquitos, la curación del paludismo y los ungüentos cicatrizantes.
No estoy calificado para criticar el libro ni para recomendarlo, a mí me gustó y creo que la mejor forma de ver si les resultará de interés es leer las primeras diez hojas.
Miguel Aramayo
SCZ.26-04-2018
El próximo sábado es el cumpleaños de mi nieta mayor y al día siguiente mi aniversario de matrimonio, 51 años.