Relaciones entre Argentina – Perú – Chile – Bolivia
Les contaré una historia y procuraré no hacerla trágica, porque la relación de nuestros pueblos en el transcurso del tiempo sufre algunos cambios abruptos, ya que quienes cambian no son los pueblos, los pueblos siguen iguales siguen hermanados por otro tipo de lazos, como las tradiciones, la comida, la musica y los lazos de consanguinidad. Los que cambian son los gobernantes, los dirigentes, que se apoyan en la ingenuidad de los militares, y la platita que les dan para tenerlos como amigos; y con eso, están dispuestos a matarse, aunque entre las facciones en combate sean amigos y hasta parientes.
Hace muy poco, uno o dos días atrás, nuestro presidente dijo que no le tenía miedo al presidente de Argentina, porque este estaba desplegando una milicia mayor del ejército y la gendarmería, para proteger su frontera del flagelo del narcotráfico. Coincidentemente el año 1836 otro gobernante descendiente de una india, Andres de Santa Cruz y Calahumana (Mariscal de Zepita), presidia la Confederación Perú-boliviana, que habían deteriorado las relaciones con la Confederación Argentina, por el apoyo del presidente Santa Cruz (el cholo) a grupos unitarios argentinos. Bolivia había realizado al menos cuatro incursiones, desde el sur a las provincias del norte argentino. Una de esas batallas, fue la del coronel Javier López en 1834, que culminó con su derrota en la batalla de Chiflón. También en 1835 Felipe Figueroa invadió Catamarca.
En agosto de 1835 fuerzas argentinas ingresaron en territorio boliviano, lo que agudizó las tensiones fronterizas. Rosas (presidente argentino) sospechaba que Santa Cruz (el tirano) usaba a los unitarios, en alianza con el presidente uruguayo Fructuoso Rivera, para apoderarse de las provincias del noroeste argentino. En septiembre de 1836 un agente confidencial chileno le mostró a Rosas documentos en ese sentido, que confirmaban los rumores de que el unitario Juan Galo Lavalle estaba en tratos con Santa Cruz para constituir un Estado entre la Argentina y Bolivia.
José Joaquin Prieto, presidente de Chile, persuadido por su ministro Diego Portales, declaró la guerra a los estados peruanos el 11 de noviembre de 1836, con el apoyo de peruanos contrarios a Santa Cruz y a su confederación. Portales comunicó a Rosas la declaración y le solicitó que hiciera lo mismo en virtud del entendimiento tácito entre ambos países y le reiteraba el ofrecimiento de la firma de un tratado de alianza. El 28 de diciembre de 1836, Rosas escribió al gobernador de Salta Felipe Heredia: (…) porque los Bolivianos no viven sino del tributo de los Indios y de lo que produce el Cerro y Casa de Moneda de Potosí (…) y el apoderarse de aquella Villa me aseguran que no es una empresa de grandísima dificultad (…) nos debe los millones de pesos que hemos insumido por su libertad e independencia en la guerra contra los Españoles (…) y nos debe la sangre argentina que se ha derramado en esta guerra (…) Entienda que restituida Tarija, el Rio Suypacha deberá dividir el territorio de ambas repúblicas; pero me parece que si podemos conseguir que la Villa de Tupiza y el pueblo de Santiago de Cotagaita queden dentro de nuestro territorio, será lo mejor y lo más importante para dejar asegurada para siempre la paz y comercio libre entre ambos Estados, con todas las franquicias que llevo indicadas. A trueque de conseguir éste bien creo que podríamos condonarle los gastos hechos en la guerra de la Independencia y también los aprovechamientos que ha sacado de Tarija en todo el tiempo que ha tenido usurpada. Mas para obtener todas estas cosas será preciso penetrar hasta la Capital de Bolivia, y tener por nuestro el Cerro de Potosí. Tan importante adquisición debe ser obra con exclusión de los Salteños y Jujeños.
Esa guerra la ganó Bolivia en 1938 y quien tuvo a su cargo el ejército boliviano fue el mariscal Braun (Mariscal de Montenegro), un alemán que se nacionalizo boliviano y que estuvo en diferentes puestos militares y políticos, desde la época de Bolívar, que fue quien lo tuvo en Colombia y luego en Bolivia, incluso fue alcalde de La Paz.
Como pueden ver por este poquito que recopile investigando en corto tiempo, muestra lo que es la historia de nuestra América y principalmente en los vecinos del sur, unos días amigos, otros enemigos. Tenemos desde ese entonces hasta ahora esa forma de ser y creo que así seguirá, hasta que tengamos algo más de educación y menos de ambición, menos codicia.
Miguel Aramayo
SCZ.24-08-2018