Un cuento cortito
Miguel caminó tras una abeja, que en sus patas llevaba la felicidad, ésta se alejaba más, con lo cual obligaba a Miguel a correr más. El tiempo pasaba haciendo que Miguel desespere, pero por suerte la abeja se cansó y Miguel logró agarrar a la abeja y tomar su felicidad. Qué belleza ver la cara de alegría de Miguel, de Miguel con su felicidad.
Miguel Aramayo
SCZ. 06-08-2018