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Los hijos

18 Sep

Los hijos

Creo haber terminado de escribir mi décimo quinto libro, que es la cuarta novela en la colección y si no me falla se llamará: “Amor o inteligencia”. Por casualidad hoy también es la fecha de nacimiento de mi segundo hijo, del hijo que con ansias desee que fuera varón y que Dios en su profunda bondad complació mi deseo, que fue un pedido expreso de mi parte, aunque todos en la casa preferían que fuera la pareja del primer hijo.

 

Era tan joven cuando nacieron mis hijos que tengo la seguridad que en mi desarrollo personal fui creciendo con ellos y procuré brindarles todo el amor que se merecían y formarlos con los valores en los que habíamos sido formados su madre y yo. Ahora después del transcurso del tiempo, agradezco a Dios, que nos hubiera colaborado y que esos hijos se convirtieran en lo que habíamos soñado.

 

El mérito de esa transformación de niños en hombres de bien, en gran medida es de su progenitora y desde luego que en mucho influyó el entorno en el que nos movimos, nuestros padres, nuestros hermanos, nuestros amigos, los primos y los amigos que acompañaron su crecimiento, los mismos que conservamos hasta hoy.

 

Dicen que todo hombre debe tener un hijo, sembrar un árbol y escribir un libro. Esa aseveración es más poética, la tarea de un hombre es más profunda, debe haber ayudado a brindar felicidad a sus padres, haber colaborados a sus hermanos y debe servir de ejemplo a los hijos que tuvo y continuar irradiando ese amor y ese ejemplo a los nietos que endulzarán sus años al final del camino que se debe recorrer desde que se inicia como una semillita que supieron cultivar sus padres y que también alimentaron sus abuelos y a los que tuvimos la suerte de disfrutar del amor de los bisabuelos.

 

Los años pasan y no nos damos cuenta de ese hecho, hasta que estamos próximos al umbral que nos muestra muy próxima la ruta a la eternidad y debemos dar gracias de haber transitado el camino, ¡sin sinsabores…!, ¡bendecidos por nuestro creador…! y ¡halagados por nuestros seres queridos…!, los que están con nosotros, como los que están en el más allá y desde allá retornan a nuestros recuerdos.

 

Miguel Aramayo

SCZ.31-08-2018