Como sentirse
Uno puede sentirse lleno o vacío, satisfecho o insatisfecho, feliz o triste. Puedo continuar con muchas más situaciones de estado de ánimo, que nos pueden afectar en algún día de nuestra vida. Esto es muy razonable y normal, incluso alguna vez leí algo de lo que se denomina el “Biorritmo”, que dice que desde el momento que nacemos se inician varios ritmos en nuestro ser; como ejemplo, el ritmo cardiaco, el flujo sanguíneo, también tenemos un ritmo emocional, el ritmo del calendario, el ritmo solar, el ritmo lunar, por citar algunos. Pero existe una teoría en la que determina que nuestro estado de ánimo depende de nuestros ritmos, físico, intelectual y emocional.
Existe una forma de medir estos ritmos y se considera que la medición se debe hacer en un periodo de tiempo de 66 días. Estos siclos se asocian con el momento de nacimiento de las personas y se relacionan directamente con una onda senoidal con la duración de toda la vida. Como somos “animales de costumbre” y ampliamente influenciables, podemos dejarnos llevar por esas teorías o por otras, como el tarot o el zodiaco e incluso por el religioso.
¡Yo…! ¡Yo creo! que, en este tema del estado de ánimo, existen muchos factores, fisiológicos y psicológicos y dentro de estos últimos mucha influencia de aspectos emocionales, en lo que inclusive puede influenciar la política. En los primeros, el clima tiene una influencia alta. Pero como digo al principio de este acápite, es una opinión muy personal, con seguridad que los médicos le dirán algo diferente y si son psiquiatras, la opinión puede ser de un mayor sesgo.
En mi opinión uno puede influenciarse, porque también creo, que la persona a quien más debemos querer es a ¡nosotros mismos…!, la felicidad, ¡nuestra felicidad!, no depende de los demás, depende de nosotros mismos.
Ha habido muchos seres humanos sometidos a maltrato, en algunos casos en forma involuntaria, prisioneros, desterrados, abandonados, etc. En otros casos por propia voluntad, como en el caso de los monjes y santos que se sometían a torturas voluntarias para acrecentar su santidad y porque creían que, haciendo eso Dios los premiaría en el cielo. En ambos casos esos hombres y mujeres fueron felices, unos porque pensaban en la libertad terrenal y los otros porque se esperanzaban en la gracia divina, pero en realidad eran felices ambos, porque querían ser felices ellos.
Otra de las cosas que pienso ¡yo…!, es que lo que hacemos los hombres y mujeres, no sólo lo hacemos por los demás, sino pensando en darnos felicidad. La Madre Teresa de Calcuta y la princesa Diana de Gales, vivían haciendo cosas por los demás, pero la mayor felicidad era la de ella, porque si ayudaban a terceros, era para sentirse bien ellas, o por lo menos creo de esa manera. Con eso que digo quiero demostrar que la felicidad no depende de los demás, depende uno mismo.
Seguramente con esto que expreso seré criticado, pero eso no me hace daño ni disminuye mi felicidad, mi felicidad es expresar lo que tengo adentro sin dañar a nadie, eso principalmente.
Miguel Aramayo
SCZ.07-10-2018