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Murió Alberto Cortez

26 Abr

Murió Alberto Cortez

Su timbre de voz, el contenido de sus canciones y la forma de interpretarlas hicieron que me compenetre de esa forma de actuar.

 

Les cantaba a los amigos, a su perro, a la calle de su barrio, al vino, al árbol que plantó siendo un niño. Todo lo que expresaba en sus canciones me llegaban al alma, ahora transcribo la letra de dos de ellas:

 

Mi madre y yo lo plantamos / En el límite del patio / Donde termina la casa / Fue mi padre quien lo trajo / Yo tenía cinco años / Y él apenas una rama / Al llegar la primavera / Abonamos bien la tierra / Y lo cubrimos de agua / Con trocitos de madera / Hicimos una barrera / Para que no se dañara / Mi árbol brotó, mi infancia pasó / Y hoy bajo su sombra que tanto creció / Tenemos recuerdos mi árbol y yo…

 

Cuando un amigo se va
queda un espacio vacío,
que no lo puede llenar
la llegada de otro amigo.

Cuando un amigo se va,
queda un tizón encendido
que no se puede apagar
ni con las aguas de un río.

Cuando un amigo se va,
una estrella se ha perdido,
la que ilumina el lugar
donde hay un niño dormido.

Cuando un amigo se va
se detienen los caminos
y se empieza a rebelar,
el duende manso del vino.

Cuando un amigo se va
galopando su destino,
empieza el alma a vibrar
porque se llena de frío.

Cuando un amigo se va,
queda un terreno baldío
que quiere el tiempo llenar
con las piedras del hastío.

Cuando un amigo se va,
se queda un árbol caído
que…

 

Son muchas y muy lindas sus canciones, pero estas son las que me llegan al alma y las quiero compartir con mis amigos y elevar una oración por este gauchito que se no adelanto en el camino.

 

Miguel Aramayo

SCZ.04-04-2019