info@miguelaramayo.com

Algo para estudiar o ya estudiado

19 May

Algo para estudiar o ya estudiado

Aunque parezca chiste, lo que tenemos en la cabeza, puede ser un montón, de conocimientos, recuerdos, pero todo eso se convierte en manías, obsesiones, repeticiones. Es por eso que se puede reconocer quien es el autor de una novela, una obra de teatro, un poema, quien es el creador de una escultura o pintura, porque las formas, los dibujos, los colores, las palabras, dejan reconocer a quien las emitió, porque tiene tintes que fueron creados por él y el manejo de luz y sombra, no es imperceptible, al contrario, es algo reconocible.

 

La forma de escribir de Shakespeare, Vargas Llosa, Gabriela Mistral y muchos más, es muy particular, por las palabras que emplean y como las emplean. Las composiciones musicales de Beethoven, Chopin, Mozart, también tienen su sello particular, no sólo en los instrumentos de su predilección, sino en la forma de armar un acorde, una armonía, incluso el volumen que se da a cada parte musical, al principio o al final de la obra. En los pintores y escultores eso es mucho más notorio, por la forma en que tratan al mármol, como usan las formas y las cualidades que imponen a sus obras, el tipo de materiales que emplean, para los tonos, la postura de sus personajes e incluso en casos como Picasso, se pueden reconocer sus obras por los colores empleados, que fueron modificando de acuerdo a como el avanzaba en edad y cambiaba de técnica.

 

Las personas comunes, en las que me incluyo, también somos repetitivos y dejamos aflorar en nuestros actos, palabras, expresiones, las manías y obsesiones que se apoderan de nuestra personalidad. Creo que esto no es algo propio, puede tener algo de influencia genética, porque como dice el refrán: “de tal tronco, tal astilla”, pero también tenemos una alta influencia del medio que nos rodea, y como dice oro refrán: “dime con quién andas y te diré quién eres”. Como la forma de hablar que diferencia a un alemán, de un italiano, brasilero, camba o colla. La forma de mover las manos, la forma de caminar, las expresiones de cariño, porque si uno escucha decir: “guaguay”, se identifica la procedencia de ese dicho y la forma en que lo pronuncia identifica a la persona que lo expresa, como algo muy antiguo: “elay pue” que también es muy fácil de establecer la procedencia, pero para nosotros que somos del lugar.

 

El tema de las manías y las obsesiones, es algo más complejo porque son tendencias cerebrales, que no pueden ser observadas en una tomografía e incluso muy difíciles de detectar por profesionales psicólogos o psiquiatras, y algunos de ellos pueden tener una versión errada en su diagnóstico. En sin número de casos, mucho más pueden ayudar personas, que sin tener ninguna especialidad tengan una mayor afinidad y percepción, “extrasensorial” con el que sufre de la obsesión, la misma que puede convertirse en una dolencia mucho más grave, como el TOC (Trastorno obsesivo compulsivo) que a mi criterio es algo similar a la esquizofrenia, pero ésta puede tener relaciones fisiológicas, mientras que el TOC es únicamente un problema psicológico, pero no neurológico, incluso pienso que pueden tener influencias externas, como la falta de descanso, la alimentación inadecuada o la influencia de aspectos físicos externos, como la bulla, la claridad en el sueño, o hechos y objetos (como un retrato) que influyen en la psiquis del individuo que sufre de obsesión.

 

El tema de la personalidad de los humanos, es algo tan individual que es muy difícil poder modificar, por eso el otro refrán: “Genio y figura hasta la sepultura”. La autoestima la fuerza de voluntad, el razonamiento y la concentración (la hipocresía, la diplomacia), son factores que pueden dominar y modificar la personalidad y eso depende de cada uno, como de cada uno depende la felicidad, “querer es poder”.

 

Miguel Aramayo

SCZ.08-10-2020