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El sueño obsesivo de un maniático.

19 May

El sueño obsesivo de un maniático.

Caminábamos agarrados de la mano, me impresionaba la suavidad y calidez de su piel, era como si tuviera entre mis manos en pedazo de terciopelo o una gamuza, pero la tibieza de esa piel era indescriptible, no encontraba nada semejante. La yerba que pisábamos en el trayecto que nos acercaba a la cabaña, estaba fresca y en algunos momentos sentía que unas gotitas golpeaban en mis calcetines, pero era una superficie tan suave, compacta y uniforme que daba la impresión de ser una nube, por la que caminábamos sin dejar huellas y sin sacar ningún sonido de nuestros pasos.

 

Nuestro andar era tan sereno que el compás de nuestras pisadas daba la impresión de que flotábamos, pero sin embargo estábamos caminando a un ritmo pausado y constante, estábamos cada vez más próximos a la cabaña y nos alejábamos lentamente del pueblo, nadie sabía que nos dirigíamos a nuestro nidito de amor, nadie se imaginaba lo felices que transitábamos ese camino, sin ninguna prisa, porque sabíamos cuál era nuestro destino y teníamos la seguridad que nada ni nadie nos detendría, porque éramos los dueños de nuestro destino.

 

Cuando llegamos a la cabaña y entornamos la puerta que nos vio pasar, como si la misma fuera una Ada. Ada que acoge lo que estaba esperando con ansias, pero sin prisa. Una vez trasuntamos el umbral, nuestros sentidos se aproximaron poco a poco, hasta que no quedo un espacio entre ambos, primero nos miramos con pasión contenida y mis ojos penetraron a la profundidad de tu alma y sentí que los tuyos también exploraban en lo más profundo de mi interior, pero después se entornaron nuestros parpados y nuestro aliento fue disminuyendo en intensidad; hasta que la humedad de nuestros labios se convirtió en una pasión desbordante. Nuestras lenguas se acariciaban suave y tiernamente y lo que percibíamos era algo divino, era el don que nos había prodigado Dios.

 

Una vez que comprobamos que los leños que estaban en la estufa, eran los suficientes para que las brasas perduren mucho tiempo más, el espacio templado como era necesario se esparcía por la estancia y cada edredón de plumas de ganso, cada piel esparcida por el suelo y todos los almohadones, estaban acomodados dando la apariencia de un nido.

 

Mientras nuestras bocas continuaban en ese beso, ese dulce beso, nuestras manos extraían nuestras prendas, en algunos momentos eran mis manos las que te desprendía alguna prenda y en otros momentos eran tus manos las que me quitaban la ropa, y cada vez con menos prendas y con nuestra piel que asumía el calor de todo el ambiente, buscabas piel para acariciarme y yo hacía lo mismo, nuestros cuerpos se unían en una hermosa sinfonía y el rose de nuestra piel daba el acompañamiento justo a esa musica divina, tus suspiros y los míos que sonaban como acordes de violines, cuando dejábamos de besarnos para acariciarnos, nos aproximaban cada vez más a lo divino al éxtasis.

 

Recostados en ese nido y poseyéndonos mutuamente, perdimos todo concepto de tiempo y espacio y solo quedamos como flotando en un mar de nubes, en un océano de blanca espuma que no diferencia la tibieza de nuestras pieles, con el calor del ambiente que nos rodeaba. Escuchábamos el rechinar de los leños, que ya no desprendían fuego, pero cuyas brazas chispeaban como contagiadas por las caricias que nos prodigábamos. Poco a poco ascendíamos al cielo y nuestros sentidos se fundían con nuestro instinto y nuestros deseos y nos proporcionaban un balanceo que era tan suave, pero tan intenso que creo que hasta nuestros corazones dejaron de palpitar para despertar ambos en un profundo suspiro.

 

¡Que locura…! ¿Cuánto tiempo trascurrido desde que abrimos la puerta de la cabaña? Los leños ya se habían extinguido y solo quedaban cenizas de ese fuego, pero nuestros cuerpos conservaban la tibieza y el calor que habíamos transmitido a los edredones de pluma, con los que nos cubríamos. Nuestros labios seguían sedientos y se posaban con fervor prodigándose los últimos besos del amanecer.

 

Miguel Aramayo

SCZ.09-01-2020