Que linda farra
Mientras me encontraba en Israel, escribiendo mi novelita que lleva por título “Un joven ingenioso”, dedicado a mis nietas, tuve la oportunidad de asistir a la celebración de Purín, festejo en el que corresponde recordar a Ester y por consiguiente ese día se ayuda y se lee el libro (Meguilá o Rollo) de Ester un “Mishoach Manot”. Se celebra esta fiesta en el día 15 del mes de Adar, el 14 de Julio. Al otro día teja se festeja, porque se supone que es el día más feliz para los judíos, incluso los chicos se disfrazan.
En esa oportunidad se repite la plegaria Shoshanat Ya’akov, oraciones que se encuentra en “El cantar de los cantares” y que dice así: La rosa de Jacob (Ya’akov) se llenó de emoción y alegría cuando tuvieron a Mordejai vestido de azul real. Tu siempre has sido su salvación, su esperanza en cada generación, para dar a conocer que todo quien pone su esperanza en Ti no será puesto en vergüenza, ni estarán por siempre en desgracia todos aquellos que confían en Ti. Maldito sea Hamán, quien trató de destruirme; bendito sea Mordejai el judío. Maldita sea Zeresh la esposa de Hamán, quien me aterrorizó; bendita sea Ester quien intercedió por mí. Malditos sean todos los malvados; benditos sean todos los rectos; y que a Jarvoná se le recuerde favorablemente.
Ese día se recuerda a Ester y su tío Mordejai, que, según la leyenda, se libraron de que los persas los maten a los judíos y en su lugar ellos mataron a 70.000 persas, comenzando por su rey Ansuero que tenía preparado el matar a los judíos. En ese festejo está permitido tomar vino hasta confundir los nombres de Hamán y Mardoqueo, que es lo mismo que quedar “en pedo” o lo mismo que decir “mula de borracho”. Creo que ese día festejé con mis amigos hasta quedar en ese estado.
Ese día también preparan unos dulces a los que denominan “Hamantash”, una preparación con una maza, reconocible por su forma con tres picos, que se obtiene doblando los lados de un trozo circular de masa con un relleno puesto en su centro. Una de las cosas que me gustó de esa fiesta y que es una característica de los ritos judíos, es que lo sagrado se vuelve personal, por lo tanto, las personas se acercan más a Dios y toman con mucho más cariño esos ritos y costumbres, lo que a mi entender hace que hasta los judíos ateos no abandonen sus costumbres y que sus prácticas religiosas los mantengan unidos, sin la necesidad de ser religioso, sino simplemente siendo judíos.
En mi calidad de “cristiano, apostólico y romano”, en ningún momento me sentí rechazado por mis amigos y participé con ellos pensando que Jesús, su madre Maria y sus discípulos, eran judíos y que con seguridad festejaron ese día alegre y comieron esos dulces, rezaron la plegaria del Cantar de los Cantares, que es algo bíblico, y me encanta leerlo de vez en cuando, porque también es venerado en la religión católica. Al mismo tiempo, sospecho que los nombrados, tomaron vino a discreción, para quedar en la misma situación en la que me dejaron mis amigos.
Miguel Aramayo
SCZ.10-03-2020