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De puro charlatán

19 May

De puro charlatán

La tradición, la experiencia, no son cosas que aparecen de la noche a la mañana, son conocimientos que se pasan de viejos a jóvenes y eso en el curso de la historia. La Torá no creo que fue algo que directamente escribieron los profetas, es algo que ya vino pasando de generación en generación (esto de acuerdo a mi escaso entender). La escritura es algo relativamente nuevo, si comparamos la edad de ésta, con la edad que tiene el hombre, pensando en el hombre como homínido. Homo sapiens, que recibió el soplo de Dios y a partir de ese momento pudo pensar, razonar y poco a poco evolucionar, primero usando sus manos y su fuerza física. Posteriormente se dio cuenta que no solo la fuerza física le servían para lograr sus objetivos y para allanar sus necesidades. Es en ese momento, que se da cuenta que puede utilizar su inteligencia, para hacer su existencia más fácil o por lo más llevadera. En ese momento, usa sus manos para producir herramientas alivianando su trabajo y armas para defenderse de los depredadores.

 

Las inclemencias del tiempo, lo obligaron a usar ropa, porque, además se le cayeron los pelos, que sus ancestros llevaban en abundancia. Desde luego que, en los escritos religiosos, eso aparece como la urgencia, para tapar su vergüenza por haber comido del árbol de la sabiduría. La evolución del hombre de las cavernas, que después se convierte en el hombre de la edad de piedra y en ese momento descubre el fuego y con él la evolución es mucho más rápida, porque pasabas a las edades de bronce, de hierro. El hombre va progresando porque se da cuenta que más que sus músculos y el poderío de sus mandíbulas, pueden sus ideas tanto para dominar el mundo, como dominar y conseguir la sumisión de sus semejantes, a los cuales los usa como herramientas y de esa manera nace la esclavitud.

 

El hombre, en su evolución, se da cuenta que al ser su vida efímera; no sabe cómo trasmitir sus conocimientos a sus semejantes del mismo clan o la misma tribu y, ve la forma de expresar sus ideas y plasmar sus conocimientos para generaciones futuras. Naciendo de esta manera la pintura y dibujo rupestre. Pero esto es insuficiente, porque sus neuronas han tenido una evolución superior y es por eso que nacen los jeroglíficos, primero en monumentos y paredes, pero posteriormente se da cuenta que usando la arcilla puede hacer lo mismo, con mayor facilidad y es en ese momento que aparece la escritura cuneiforme.

 

Es en ese momento, que los profetas pueden escribir la Torá y es donde nace la “Biblia de barro”, pero también eso es insuficiente, porque la transmisión de esos conocimientos es muy lenta y por lo tanto, continua la transmisión de persona a persona, de generación a generación. Eso se soluciona con los escritos copiados de libro a libro, gracias al descubrimiento de elementos como los cueros, el papiro, hasta llegar a perfeccionar el papel; de esta manera el conocimiento se multiplica, porque a su vez son más los hombres que cultivan la lectura, la escritura y es en ese punto que aparecen hombres con mayor inteligencia como los egipcios, los griegos y los romanos.

 

La lectura y la escritura, liberan a los hombres de muchas tareas físicas y dedican más tiempo a las tareas intelectuales, comienzan a razonar sobre los astros, analizar la naturaleza en forma científica y progresan la astronómia, la física, la química, las matemáticas, la filosofía y junto con esta, las variaciones religiosas, por la posibilidad de un mejor razonamiento. La revolución incontrolable, nace el momento que un hombre, alemán si no me equivoco y de apellido “Gutenberg”, que prácticamente elimina el trabajo de los monjes copistas y de muchos que practicaban ese oficio, al crear la imprenta y hacer que la escritura de lo antiguo y lo nuevo se difunda con mayor facilidad, con lo cual se multiplican los cerebros de gente pensante.

 

Para concluir lo que considero una demostración de lo que tengo en el tari y que quiero compartir con mis amigos, a quienes recomiendo tener en cuenta algunos refranes como: “a boca cerrada no entran moscas”, “en la boca del mentiroso, lo cierto se hace dudoso”, pero también un cantor, “Alberto Cortez”, que escribió una canción que titula “Que suerte he tenido de nacer”, en una de sus estrofas, dice algo que me llegó a lo más profundo de mi intelecto: “Qué suerte he tenido de nacer, Para callar cuando habla el que más sabe, Aprender a escuchar, ésa es la clave, Si se tiene intenciones de saber”.

 

Miguel Aramayo

SCZ.03-05-2020