Releer lo que escribo
Muchas veces vuelvo a leer lo que escribí el año pasado o en años anteriores, en la misma fecha, no porque yo tenga esa manía, es Facebook que retrotrae las publicaciones de esa fecha, yo lo vuelvo a leer. Algunas veces, cuando encuentro que me gusta lo público nuevamente, lo cual significa que ese programa me lo repetirá en años posteriores.
Esta mañana leí el relato de un viaje que supuestamente hice por algún lugar de Europa, me resultó tan real, que podría decir que hora era, como estaba el tiempo y como eran esos dos viejitos que tanto se querían y expresaban su amor de una manera tan romántica. Hasta puedo asegurar que me antoje de repetir esa historia, los veo a los dos agarraditos de la mano y besándose en los labios, al extremo que da envidia ver que el amor pueda perdurar con tanta intensidad. Incluso pensé en buscar la agenda donde había transcrito esa conversación entre esas dos personas, pero eso quedo como un simple pensamiento.
Cuando era chico y soñaba despierto, claro que eso lo sigo haciendo ahora, pero me refiero cuando tenía entre seis y diez años, época en que planificaba como sería mi vida y la de las personas que me rodeaban. Casi todos esos sueños se cumplieron, por lo menos en lo que me corresponde a mí, porque más que sueños eran los planes que trazaba para mi futuro y poco a poco fui cumpliendo esos planes. Por algún motivo, el Ser Chiquito, que es mi compañero imaginario, y hasta ahora me sigue y estoy seguro que es mi Ángel de la guarda, con quien mantenemos una amistad incondicional porque, aunque no parezca sigo haciendo planes, sigo soñando.
Siempre pensé y pienso, que la amistad con Chiquito, me hizo apegarme a Dios quien me observa constantemente y me muestra preferencia, o por lo menos me tienen en alta estima, pese a saber Él y yo, que no lo merezco o no soy acreedor de esa benevolencia que Él tiene conmigo. Esa mi forma de pensar hizo que mis sueños se vayan cumpliendo y en lo que corresponde al amor, siempre me imagine una pareja como la viejita de mi historia; una mujer muy cariñosa conmigo y con los hijos que también imaginaba en mis sueños.
Al leer mi relato, retornaron a mi mente los sueños de infancia y puedo decir, con muy poco margen de error, que Dios también me favoreció en ese sentido y por lo menos en gran medida mis sueños se cumplieron. Desde luego que, para lograr el cumplimiento de esos sueños, uno debe ayudar a la realidad, porque no todo es color de rosa, pero si uno tiene un pincel y sabe buscar la pintura, podrá pintarlos con el tono más parecido al color deseado.
Miguel Aramayo
SCZ.19-06-2020