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Un mago

19 May

Un mago

Dos personas conversaban en un parque, aprovechando de que ambos estaban observando el cielo y meditando sobre todo y nada.

 

–¿Usted es un chamán, un brujo o un hechicero?, preguntó el muchacho.

 

–¿Qué te parece a vos muchacho?, respondió el hombre extraño.

 

–¿De dónde viene usted?, nuevamente consultó el muchacho.

 

–Yo soy de aquí, de allá y de todas partes. Pretendo ayudar a la gente que tiene problemas y lo hago por el simple deseo de hacerlo, pero a quienes se me acercan, como en este caso vos.

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–¿Por qué piensa que alguien tiene problemas? Dijo el muchacho.

 

–Es fácil, todos tenemos un aurea y mi ventaja es que yo puedo diferenciar quienes tiene aurea buena y quienes están con problemas, incluso quienes están peor, porque su aurea es más notoria es más oscura.

 

El muchacho quedó callado y pensativo, mientras que el hombre extraño. Extraño porque vestía de una forma diferente, porque llevaba una barba algo crecida, muy rala, pero muy bien cuidada. Su andar era algo pausado y daba la impresión que flotaba. Su ropa era gris claro, pero de saco, camisa con corbata y pantalón, todo muy bien cuidado, con zapatos que hacían juego con su vestimenta. Ya peinaba canas, pero su rostro daba la apariencia de ser joven entre 50 a 60 años.

 

El hombre extraño, le hizo señas para sentarse en una banca de la placita donde se desarrollaba esta escena. El muchacho lo siguió en silencio como embelesado por la personalidad del hombre. Cuando estuvieron sentados el hombre hablo de esta manera:

 

­–¿Oíste hablar de las virtudes y los defectos?, ¿sabes diferenciar entre unos y otros? Las virtudes o cualidades son rasgos del individuo, del objeto o del hecho evaluado, que se consideran positivos, dignos y deseables, mientras que los defectos se entienden como fallas, desperfectos, características indeseables y que tendrían que evitarse o remediarse.

 

–Te mencionaré algunos y después juntos procuraremos analizarnos y quizá te ponga algunos ejemplos, verbigracia, para que puedas comprender mejor. La humildad, la honestidad, los celos, la rabia, el orgullo. ¿Te parece suficiente lo que nombré?, o preferirías más.

 

El muchacho respondió: –Son suficientes esos cinco y puedo asegurarle que tengo muy claro el concepto de cada uno de ellos, o si dudo quizá en lo que corresponde a los celos.

 

El hombre extraño, se quedó meditabundo y observando a su interlocutor, con algo de extrañeza, porque encontró que su respuesta denotaba algo de pedantería, o quizá falta de humildad, pero al mismo tiempo analizó que la respuesta era correcta y que el muchacho mostraba personalidad y por la forma de expresarse podría ser verdad, daba la impresión que era serio y mostraba buena formación, por sus ademanes al hablar y al moverse. Las manos bien cuidadas, su ropa bien combinada, limpio de barba y bigotes, con el pelo bien cortado y peinado con cotivi a la izquierda, con unos ojos verdes transparentes que mostraban su pureza de alma, además su aurea era brillante.

 

–Chico, si es así nuestra charla puede ser más corta, de todas maneras expresaré algunas reflexiones: La humildad es la virtud que adorna a los individuos, lo mismo que la honestidad, pero la rabia y el orgullo son defectos. En cambio, los celos son una debilidad, no son ni una virtud, ni un defecto. Se habla mucho de ellos y se profundizó mucho estudiándolo, porque es una debilidad peligrosa, una debilidad que se puede convertir en mortal, como ejemplo tienes la novela de ShakespeareOtelo”  

 

–Te contaré una historia cortita que al mismo tiempo de servir de distracción me servirá como ejemplo para que entiendas mejor esa debilidad. Una pareja que se conocieron desde muy chicos llegó el momento en que enamoraron y como toda pareja normal de muchachos se prodigaron amor, como algo muy normal, la chica muy seria y el muchacho no tanto. En un momento determinado dieron por concluida esa relación y todo quedó como siempre quedan en esos casos, la amistad continuó, porque era algo muy fuerte y asumido por las familias de ellos. Ambos siguieron sus caminos y la chica después contrajo matrimonio con otro enamorado y pasó el tiempo, hasta que ella olvido unas fotos de su anterior relación y le contó a su esposo algunos pormenores, que dañaron profundamente la psiquis de su pareja, pero pese a eso la relación siguió, porque además ya habían pasado algunos años. Colorín colorado, el cuento ha terminado.

 

–Muchacho que te pareció el cuento y que conclusiones sacas del mismo.

 

–Bonito cuento, bien relatado y sobre todo corto y conciso. Encuentro todo normal y me parece absurdo que el marido sienta celos de algo que es muy normal a esa edad del primer enamoramiento. Lo clásico de la edad, el apasionamiento y la adquisición de experiencia. Creo que esos celos son más romanticismo absurdo, como dice la canción:

Quiéreme / Quiéreme hasta la locura / Así sabrás la amargura / Que estoy sufriendo por ti…”. “No quisiera que de nadie te acordaras / Tengo celos hasta del pensamiento / Que pueda recordarte a / Otra persona amada…”

 

El hombre extraño, mostró una amplia sonrisa y palmeo la espalda del muchacho y le dijo:

 

–Me has sorprendido, tienes muy claro lo que significa esa absurda debilidad y me alegra ver tu fortaleza porque tienes muy clara la visión de lo que es la vida y te deseo toda la suerte de mundo.

 

–El muchacho le respondió: Usted no me respondió las primeras preguntas que le formulé y espero que no me dejé con la duda.

 

–No soy ni chamán, ni brujo, ni hechicero, soy sacerdote católico y vengo de Italia, de paso por este lindo pueblo y me dedico a educar jóvenes.

 

–Gracias “Padre”, me alegra poder haber conversado con usted y quedo a su disposición, que tenga una bella estadía en mi pueblo.

 

Miguel Aramayo

SCZ.19-07-2020