El solitario
Desde fines de 2014 no se volvió a ver al hombre que mostraba un aspecto de pordiosero, pero era simplemente un solitario. Un pobre hombre, sin más patrimonio que su intelecto; algunas veces se lo veía con un perro al que le hablaba como si fuera su gran amigo y en realidad era su gran amigo. Ese perro mostraba un aspecto señorial, no era cualquier perro, el más fiel de los animales domesticados por el hombre. El perro que seguía al hombre, poseía tantas cualidades que hasta es posible que tuviera alma, un alma primitiva, proporcionándole todas las facultades que demostraba tener, eso se notaba incluso en su andar y como batía la cola.
El hombre también, pese a vestir harapos y calzar zapatos que casi no tenían suela y mostraban sus pies descalzos a través de los agujeros de esos mocasines. Sus pasos y la cadencia de su caminar, presentaban a un nombre de clase, alguien que, si estuviera bien vestido y aseado, con seguridad era alguien distinguido. Incluso sus facciones detrás de esas greñas de barba y esa melena descuidada, dejaban apreciar un rostro de bondad. Lo que más resaltaba en esa caricatura de hombre, eran esos ojos verdes, con una mirada tan profunda y los ademanes que hacía con las manos cuando conversaba con su perro.
Hubo personas que analizaron a ese par de seres, el hombre pobre, o el pobre hombre y su perro, o el perro que lo seguía permanentemente. No se sabía con exactitud, si fue el hombre que adopto al perro o el pero que adopto al hombre. Ambos eran figura indivisible, en algunos momentos aparentaban ser esculturas labradas para adornar el panorama de la calle por donde transitaban o si eran esos mimos que se quedan paralizados en las esquinas con mucha concurrencia, para obtener alguna donación en el sobrero a sus pies o en su mano. En algunos momentos era difícil identificarlos como seres vivos que transitaban por la calle.
Muchos vecinos de donde transitaban, aseguran que algunas veces observaron sorprendidos que, no era solamente el hombre el que le hablaba a su perro, también éste le respondía y las conversaciones no eran sobre temas simples, hablaban sobre temas muy serios y demostraban una amplia cultura, siendo uno de sus temas de preferencia la mitología griega, pero también hablaban de obras como La Ilíada, La Odisea, La divina comedia.
Un vecino que era antropólogo, puso mucho interés en el tema e idearon instalar un micrófono en el rincón que más usaban ese par de seres, que incluso en días de calor, correspondía a su recamara, donde acomodaban unos cartones y otras pertenencias y donde entablaban amplias y profundas conversaciones, mientras degustaban mendrugos de pan correspondientes a su cena, que aparentaba ser servida en amplia mesa con rica bajilla. Su charla se prolongaba hasta que conciliaban el sueño.
Esas veladas fueron captadas por el micrófono escondido y respaldadas por una cámara instalada en la cornisa del rincón que era la mansión de esos personajes y donde pernoctaban casi todas las noches, después de que disminuía el flujo vehicular y desaparecían los transeúntes del vecindario. El antropólogo que ideo ese espionaje, quedó sorprendido en exceso con las conversaciones, que en algunos momentos era tan profundas, que ni él que era un hombre culto y preparado llegaba a captar de lo que hablaban y después recurría a gente que estaba más preparada intelectualmente, o buscar en Internet.
Algunas veces es difícil comprender lo complejo de este mundo y sus habitantes y menospreciamos a gente, gente que da la impresión de no tener ningún valor, pero que sin embargo son dignos de estudio y nos muestran otra realidad de este universo.
Miguel Aramayo
SCZ.20-10-202 Hoy se conmemora la fundación de la ciudad que se denomina Nuestra Señora de La Paz.