Despidiendo a Armando Manzanero
Es tanto lo que este personaje dejó en mis recuerdos, que sería ingrato de mi parte no poderle dedicar unas palabras, pero todo lo bonito que pudiera expresar, queda difuminado, ante la grandiosidad de sus versos y la melodía de sus canciones, pero no me quedaré con el deseo de despedirle, porque una vez en mi vida lo conocí personalmente y nos tomamos unos cuantos wiskis.
Armando, mientras tu asciendes a la eternidad, haré lo posible de usar tus mismas palabras, para expresar sentimientos, sentimientos que con tus canciones hiciste a mi alma elevarse al cielo. Porque fuiste dueño de todas las palabras, palabras que pronunciadas por cualquier boca se podían convertir en canción. En melodía que llega al alma.
Se pueden escribir versos, tan solo rebuscando entre las letras de las canciones que compusiste y con ellas se pueden expresar sentimientos profundos, porque al decir lo que dicen tus versos se puede componer un dialogo como el que a continuación te dedico con tus mismas palabras:
–Esta tarde vi llover, vi gente correr y no estaba tú.
–Puedo decir que, no hay nada personal, sin embargo, duermo entre mis sabanas soñando con tu amor.
–Porque cómo yo te amé, jamás te lo podrás imaginar, pues fue una forma hermosa de sentir, de vivir, de morir y a tu sombra seguir así yo te amé.
–Adoro la forma en que sonríes y el modo en que a veces me riñes adoro la seda de tus manos los besos que nos damos, los adoro, vida mía.
–Voy apagar la luz, te morderé los labios, me llenaré de ti y por eso voy a apagar la luz para pensar en ti.
–Me vuelves loco cuando empiezo a ver que el día se comienza a despedir porque al llegar a nuestro cuarto, la de cosas tan hermosas que me empiezas a decir, me vuelves loco.
–Como yo te amé no creo que algún día me lo quieras entender, tendrías que enamorarte como lo hice yo de ti para así saber cuánto yo te amé.
–Soy tan feliz pues sigues siendo de mi vida la fragancia. En nuestro amor nunca ha existido la distancia, que Dios te guarde por hacerme tan feliz. Parece que fue ayer eras mi novia y te llevaba de mi brazo.
–Contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones. Contigo aprendí a conocer un mundo nuevo de ilusiones, aprendí que la semana tiene más de siete días. A hacer mayores mis contadas alegrías y a ser dichoso, yo contigo lo aprendí. Contigo aprendí a ver la luz del otro lado de la luna. Contigo aprendí que tu presencia no la cambio por ninguna. Aprendí que puede un beso ser más dulce y más profundo, que puedo irme mañana mismo de este mundo. Las cosas buenas ya contigo las viví y contigo aprendí que yo nací el día en que te conocí.
Ese dialogo podría continuar por mucho más tiempo, porque no he llegado a ver ni la décima parte de lo que compusiste como canciones inolvidables, que tardarán mucho tiempo en olvidarse y muy difícilmente podrán imitarse. Adiós querido Armando.
Miguel Aramayo
SCZ.28-12-2020