Melodías inolvidables
La musica es algo muy especial para mí, pero más que para mí para mi espíritu y cuando me expreso de esta manera cualquiera pensaría que yo y mi espíritu somos separados, somos diferentes. Y quizá esa sea la pura verdad. Mi espíritu y yo,
cuando se trata de música, vibramos al escuchar una piza musical, apreciado la música de tal manera que hasta se podría decir que sabemos interpretar un pentagrama, lo cual no es verdad. También analizamos la letra y procuramos captar su sentido y adivinar
cuales fueron los sentimientos que inspiraron al autor para llegar a reflejar los mismos en un ritmo.
Mi cuerpo y mi espíritu también captan los acordes, las melodías y sienten como el tacto y todos los sentidos de mi cuerpo, se acomodan a esa música, pero con mayor profundidad mi espíritu, dependiendo del entorno que nos rodee en ese momento,
mi cuerpo quizá se distraiga, en cambio mi espíritu se aparta del entorno y le dedica especial atención a la melodía que lo absorbe.
A continuación, transcribo la letra de una canción muy famosa, que estoy seguro les traerá lindos recuerdos y dice así:
Usted es la culpable de todas mis angustias y todos mis quebrantos, usted lleno mi vida de dulce inquietudes y amargos desencantos, su amor es como un grito que llevo aquí en mi alma y aquí en mi corazón y soy, aunque no quiera esclavos
de sus ojos, juguete de su amor. No juegue con mis penas y con mis sentimientos que es lo único que tengo. Pero usted me desespera, me mata, me enloquece y hasta la vida diera por vencer el miedo de besarla a usted.
Así como esta canción tiene una melodía tan dulce, la letra también expresa sentimientos encontrados, que con toda seguridad salieron de un alma atormentada, que supo plasmar en acordes los sentimientos de dolor y los acompañó con la melodía
que expresa ese pesar.
Yo quisiera poder tener la habilidad de plasmar en versos mis sentimientos, poder decir cuánto quiero. No pretendo imaginar la melodía, pero pienso que mis versos expresan de por si la melodía que algún músico le podría poner a esta letra:
¡Mi tristeza!, ¡mi alegría!, ¡mi incredulidad!, ¡mi fe!, ¡mi podre melancolía…!, por lo que me salvaré. ¡Dime tú, niña mía! Que después te cambiaré por otra niña más fría. ¡Para cambiarla después! Me muero porque me quieran, ¡Pero nunca
lo diré…! ¿Y después de todo qué? ¿Morir para qué me quieran? ¡Qué me quieran…! ¿Para qué? Aquel gran amor de un día volverá ¡Y yo no estaré! ¿Y después de todo qué…? ¡Aquel pobre amor de un día…!
Miguel Aramayo
SCZ. 07-05-2019 Hoy es cumpleaños de mi hijo Carlitos.