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Convivencia

15 Jul

Convivencia

Lo que analizaré como un individuo común, usando simplemente mis conocimientos empíricos y algo de lo que leí sobre el tema, que es obviado (obviar: Dejar de nombrar o decir algo, especialmente cuando se considera obvio
o evidente), por muchos de mi entorno, pero que últimamente, tiene muchas opiniones de personas que estudiaron sobre ese tópico y lo presentan en la televisión, periódicos y revistas; como algo de su dominio absoluto, hasta fabricaron aparatitos plásticos,
para hacer las demostraciones gráficas y no simple teoría.

 

Soy de los pocos anticuados que todavía le dan mucha importancia a la sexualidad, la misma que desde el principio
afecta notablemente en las mujeres, tanto física como psíquicamente y me imagino mucho más en esto último. Porque creo en el impacto que pueda producir el primer amor; en muchos casos ese acto se convierte en algo perenne.

Independientemente de cuándo suceda, la «primera vez» de cada persona es diferente. Lo más importante cuando deciden tener sexo por primera vez es que sea algo deseado, y no presionado para ello.

 

Durante el sexo, me imagino que el cerebro libera gran cantidad de sustancias químicas, incluyendo endorfinas y las hormonas dopamina y oxitocina.
La oxitocina se conoce como la «hormona del amor» o la «hormona de los mimos». Este cóctel de potentes neuroquímicos, hace que las personas sientan un vínculo muy fuerte con la persona con la que han mantenido relaciones sexuales. Su cerebro, desde ese momento,
también puede asociar a esa persona, con sentirse bien y feliz. Con lo cual esos pensamientos causen un aumento de hormonas que no reflejan la realidad necesariamente. 

 

Posteriormente ese recuerdo podría producir un rechazo a ese acto y convierta a la persona en
asexual o que no reconozca su excitación
sexual
física. Lo que creo que es más importante es que, quizás no discrimine su excitación
mental, o la rechace; o quizás no la tenga. Aunque considero que más que no tener, lo que realmente le pueda suceder
a una persona asexual es que no le interese, sencillamente.

 

Lo que quizás me preocupa más, es que algunas de las personas que renuncian a la sexualidad suelen renunciar a cualquier contacto con otro ser humano: abrazoscaricias,
etcétera, y eso sí es más alarmante. Los humanos no podemos sobrevivir sin el contacto con otro ser humano. Podemos vivir sin sexo, pero no podemos vivir sin afectividad y contacto.

 

Si no tenemos relaciones sexuales con regularidad, nos exponemos a un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Porque el sexo además de ser una manera de hacer ejercicio ayuda a mantener
equilibrados los niveles hormonales, lo que puede disminuir el riesgo de cardiopatía.
Tener relaciones sexuales libera oxitocina y endorfina en el cuerpo, esto colabora a gestionar los niveles de ansiedad o de estrés. Esas hormonas tienen el beneficio adicional de ayudar a dormir, no tener relaciones sexuales
con relativa frecuencia, posibilita que el cuerpo no libere estas hormonas, lo que puede hacer que resulte más difícil lidiar con el estrés.

 

Dejar de tener relaciones sexuales por mucho tiempo, pienso que puede hacerte perder el interés en el sexo. He leído que, para muchas parejas,
tener relaciones sexuales con frecuencia es una manera importante de mantener el vínculo. Las relaciones sexuales frecuentes también abren la puerta a una mejor comunicación. Me imagino que las parejas, que tienen relaciones sexuales más a menudo, se sienten
emocionalmente unidas y conectadas, en comparación con las que lo hacen con menor frecuencia.

 

Miguel Aramayo

SCZ.25-09-2021