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El hombre es más espíritu que cuerpo

25 Sep

El hombre es más espíritu que cuerpo

Por un azar del destino, se encuentran tres muchachos en el colegio La Salle, los tres paseaban por el pasillo haciendo hora para algún trámite antes del inicio de clase, algo así como el año 1957 o 58. Curioseaban las fotos que estaban prendidas de la pared y que mostraban los componentes de cada curso en cada año. Dos de los muchachos ya se conocían de mucho tiempo, el otro era extraño a ambos, era delgado, moreno, con un mentón un poco más grande que lo normal, muy bien vestido, especialmente por la chamarra, de color marfil, de corte americano y en lugar de llevar corbata usaba los colgandijos (corbatín), que llevan los vaqueros americanos. Los otros dos vestían como la mayoría de la gente, de gin y chompa casera (tejida por la madre de cada uno de ellos) sobre una camisa de franela a cuadros.

 

Los que se conocían, se saludaron e iniciaron una conversación en torno a los que se podían reconocer en las fotos, el otro se acopló al grupo, e iniciaron una conversación, contó que venía de Oruro que por sus venas corría sangre inglesa, más que eso escocesa, que su abuelo apellidaba Eagelson y que era de religión anglicana, pero que pretendía entrar al colegio La Salle, y que por extraña casualidad estarían en el mismo curso. Desde ese día se hicieron amigos inseparables.

 

En una ocasión hablando sobre filosofía, religión y apuestas, acordaron que el primero que se vaya de este mundo, retornará en espíritu a comunicar ese hecho a los que quedaban en tierra. El tiempo pasó y cada uno tomó su rumbo después de concluido el colegio. El muchacho de apellido ingles se fue a USA, con la ilusión de ser ingeniero aeronáutico, el otro que era el inteligente del grupo continuó estudiando, incluso después de haber egresado de la facultad, y el tercero ya casado tenía una vida familiar. Un día éste último sintió mucha tristeza, y la comunicó a su mujer, desde ese momento lloró desconsolado, presintiendo que algo había pasado, y más concretamente que su amigo que estaba en USA, y que también se había casado, se fue de este mundo. Al día siguiente recibió la llamada del padre del amigo con la noticia de que había fallecido en un accidente aéreo.

 

El amigo cumplió su promesa de comunicar su partida, y de esa manera demostrar que pese al tiempo y la distancia se pueden cumplir las promesas que se hacen cuando la amistad es tan grande y el cariño que se cultiva crece hasta los extremos de unir destinos. Después de muchos años de haber sucedido eso los que quedaron tuvieron la visita de una de las hijas del amigo muerto, que quiso conocer a esos amigos de los cuales el padre tanto hablaba cundo sus hijas eran chicas y que quería conocer personalmente a los otros dos componentes del trío.

 

Miguel Aramayo

25-09-2005