El significado de los colores
Estaba en el Pacífico bien al sur, donde las corrientes son muy fuertes y el mar es negro, además era de noche, sin luna y sin estrellas. El barco era algo raro en todos los sentidos, sus motores no producían ningún ruido,
como si fueran movidos a pilas eléctricas o a turbina generada por energía nuclear. La tribulación también algo rara, incluso por su vestimenta. La torre de mando estaba muy poco elevada. El tamaño del barco no excedía 40 metros de eslora y de estribor a babor
más de 20 metros. El capitán tenía un aspecto similar al capitán Nemo, con chompa de cuello tortuga y todo de negro, sin ninguna insignia que lo muestre como la máxima autoridad, excepto el rostro enmarcado por una cabellera entrecana, muy bien peinada y una
barba blanca extremadamente cuidada que daba la impresión además de estar peinada con esmero, tenía loción exagerada. Todo ese aspecto le daba la distinción que le correspondía a su mando.
La torre de control excedía en instrumental de guía y como algo muy notorio una pantalla plana adosada al frente, la misma que en forma simultánea mostraba todos los instrumentos que estaban esparcidos a la redonda, pero
con un solo ademan del capitán se ampliaban de uno en uno, para que él pueda ver su información con preferencia. Yo también tenía una silla en esa sala de control, donde por lo menos había otros 8 marineros y el capitán. Yo estaba de intruso, porque no sabia
el significado de ningún instrumento, salvo la pantalla del radar, el sonar y la brújula. La comunicación radial no se escuchaba, salvo para los que tenían adosados los auriculares y el micrófono, ni siquiera el capitán poseía esos adminículos.
En un momento determinado el capitán salió de la torre de control y retornó con un traje de neoprene. Portaba en la mano izquierda una prenda similar, la misma me la alcanzó y me dijo que podía ponérmela sacando simplemente
los zapatos y mis lentes, para lo cual me alcanzo una bolsa y me señaló un casillero. Me dijo que nos sumergiríamos y que debíamos mantenernos lo más próximo posibles. El traje de buceo tenía auriculares, micrófono y un cierre para cubrir la cara y poder mantenernos
totalmente secos y climatizados a 30 grados centígrados. La parte que cubría la carta y servía de cierre, era transparente y no se empañaba, con lo cual la visibilidad era perfecta. En la parte superior de lo que podría llamarse casco, había unas luces que
uno podía controlarlas desde el guante de la mano derecha. Si hubiera algún percance estábamos siendo monitoreados por la torre de control y ellos podían retornarnos al barco en cualquier momento. La provisión de oxígeno era automática y está distribuida en
todo el traje de buceo, incluso las patas de rana eran unos elementos que se alistaban en forma automática y en caso necesario.
Saltamos por la proa, porque en ese momento el barco estaba quieto con dos anclas que lo mantenían en ese estado y las olas eran casi quietas. Seguramente nos sumergimos algo más de 6 metros considerando nuestro peso,
la altura desde la cubierta a la superficie del mar y la ley de gravedad, que es menos de la mitad que la gravedad terrestre.
Una vez estabilizados nos guiaba la luz que emitíamos ambos. Por la particularidad de estar en el agua la luz que emitíamos iluminada todo nuestro alrededor, hacia arriba, abajo y los lados. No sé por qué, pero esa luz
tenía una tonalidad de un color azul que nunca en mi vida había apreciado. Era algo extraña y el capitán (que de ahora en adelante llamaré Nemo), me dijo no te asombres por lo que vez.
Los colores que observes serán como un termómetro, que te dirá si lo captado por tu nervio óptico tiene una respuesta de amor, sexo, pureza, ironía, frialdad, sinceridad, maldad y muchos otros sentimientos que podrás
ir detectando a mediada que vayas practicando con el significado de los colores. Por ahora te mostraré unos cuantos, y te daré una guía para que puedas identificar. Con el tiempo tú mismo cerebro (memoria intuitiva) te dirá lo que corresponde cada color. Té
traje hasta aquí para poderte mostrar una escala de colores que será por primera vez en tu vida que la observas. Quedará gravada en tu memoria y cuando veas podrás emitir un tipo de rayo, que hará que se coloree lo que observas y de esa manera podrás obtener
como resultado la información adecuada.
Después de esta inmersión y, en muy corto tiempo, volverás a estar sentado en tu escritorio, al frente de tu computador y te recordaras de mí, del viaje y de la zambullida, como si hubiera sido uno de los tantos sueños
que tienes. Nuestro laboratorio, que ni siquiera lo presentirás, te ira controlando, porque te hemos elegido un monitor. Nos proporcionaras información valiosa para el proyecto para el cual estamos inmersos. Ya mi gobierno te utilizó como espía y como observador
y has tenido contacto con por lo menos dos de nuestros presidentes. Incluso estuviste viviendo en Roma, después de una jocha que nos hicieron los rusos queriendo hacerte desaparecer, pero logramos rescatarte.
Volvieron a mi mente los recuerdos de los trabajos realizados para algunos personajes del país de Nemo, además tuve la suerte de haber escrito relatando cada uno de esos momentos emocionantes en mi vida, que me dejaron
lindas experiencias y me hicieron ver como algo fuera de lo común, “un loco bello” o “un bello loco”.
Mientras estuvimos sumergidos en aguas a punto de congelarse, pero que no afectaron en lo más mínimo en nuestros físicos, nuestros cuerpos se mantuvieron adecuadamente oxigenados, calientes y distraídos, por lo menos
yo, no puedo decir lo mismo de Nemo.
No supe el tiempo que estuvimos sumergidos a 15 metros de profundidad, pero de un momento a otro me sentí elevar muy lentamente, hasta que una red nos llevó a cubierta, de una manera tan sutil que no sentí absolutamente
nada. Después alguien me colaboró para sacarme el traje de neoprene y me entregaron la bolsa con mis lentes y mis zapatos. Luego de eso alguien nos alcanzó una bandeja con un trago, trago que no llegué a diferenciar, pero que supongo que eran wiski de más
de 75 años de añejamiento, tenia un buque indescriptible y el sabor era tal, que mi paladar de experto borracho quedó en las nubes saboreando tan delicado néctar.
Mientras degustábamos del trago, Nemo me mostró en un computador de la sala de control, los colores principales que eran: el verde que simbolizaba el amor, el violeta representaba el sexo, el blanco la pureza, el azul
la sinceridad, el negro el peligro, la maldad, el amarillo la precaución para no caer en manos de la hipocresía, los demás colores que podía detectar, me los pasarían en un mensaje y quedarían gravados en mi subconsciente, lo mismo que los que acabo de detallar.
También me explicó y mostró que cada color presentará una intensidad, desde que se muestra tan bajo, casi no perceptibles, hasta ser tan intenso que produzca rechazo, incluso tratándose de amor o sexo.
Me invitaron pasar a mi camarote en cuyo colchón de plumas de ganso quedé dormido inmediatamente, cuando desperté, lo hice sentado en las sillas de mi escritorio, en Office to Work, rodeado de personal de Contec.
Miguel Aramayo
SCZ.03-01-2022