Los avances científicos y la personalidad de los individuos
En mi círculo de amigos me habían hablado muy bien de un personaje con gran noción de historia, amor y neurociencias,
que hizo que ansiara conocerlo. En una oportunidad nos presentaron y pude conversar con él. Le comenté de mi interés personal de poder platicar e intercambiar ideas y él se rio, mientras me extendía la mano para saludarme y decirme:
− ¿Qué le contaron de mí, para tener interés en conocerme?
−Me dijeron que era un experto en historia y especialmente sobre la segunda guerra mundial, pero que además con amplios conocimientos
en temas científicos de neurociencia y eso me intereso mucho.
El personaje de este relato es un fanático de la historia, especialmente con los acontecimientos de la segunda guerra mundial y sobre todo la personalidad de un loco que casi domina de humanidad en su momento. Eso como
un pasatiempo esporádico, porque lo que realmente copaba su mente y su inteligencia eran los adelantos científicos, de manera muy especial el funcionamiento del cerebro, la neurociencia y el sistema límbico con su producción de hormonas que dominan la personalidad
en forma inconsciente.
−Alguien que estudié con profundidad al loco de la segunda guerra mundial, obsesionado por la ciudad Luz, símbolo de la libertad, que también es considerada como la capital del amor y las buenas comidas, París. Hitler
soñaba con replicarla en la capital alemana. Cuando logró invadir Francia, se trasladó a Paris, para mostrar al mundo que él era lo más poderoso, que podía hacer con Europa lo que le daba la gana. Su paseo turístico fue para observar las maravillas de esta
ciudad y copiarlas para satisfacer su megalomanía, por eso en su paseo se hizo acompañar por artistas famosos, que tomen en cuenta sus recomendaciones para replicarlas en Berlín
−El Führer recorrió Paris con Brecker, Albert Speer y a Hermann Giessler, para poder apreciar la ciudad con mayor profundidad y empaparse de las maravillas arquitectónicas y artísticas. Hitler era un enamora de
la ciudad y en ese su único viaje quería acaparar las maravillas de la ciudad Luz, además demostrar a sus acompañantes sobre sus conocimientos teóricos sobre el tema del arte que visitaban en ese momento.
−Hitler también conocía el valor estratégico y simbólico de su conquista. Entonces iba a aprovechar
la situación. Las estatuas del escultor Arno Brecker eran gigantes, marciales, heroísmo tallado y exuberante. Era el preferido de Hitler desde que había visto esos atletas musculosos que hacía. Los nazis y los fascistas sentían debilidad por lo grandilocuente.
Él se había convertido en el escultor oficial del régimen.
Con todo lo que me conversó sobre el tema histórico, no me quedó nada para preguntarle sobre neurociencia y quedamos en tener
una nueva reunión para hablar sobre ese tema. De todas maneras, me dejo con la boca abierta con respecto a dominio de la historia sobre la segunda guerra mundial.
Miguel Aramayo
SCZ.16-06-2022
