Madre
De solo pensar en esa palabra, mis ojos se llenan de lágrimas y mi corazón de recuerdos. Si soy así, si tengo tanto amor. Es porque ella, mi madre, me
parió con todo el bagaje que puedo mostrar y por el que me reconoce mi gente.
Desde que aprendí a escribir, le dediqué versos y siempre quedaron chiquitos ante tanto, que tenía ella par darme.
Desde que aprendí a hablar le recité poemas que, en mi pequeña cabeza, me ingeniaba para crearlos o los escuchaba y memorizaba, para recitárselos.
En compensación recibía un abrazo bien apretado, muchos besos y un amor que hasta ahora lo conservo, y lo llevo en mí, como un legajo de un valor tan grande,
que es difícil que pueda encontrar algo igual en mi vida.
Todos tenemos madre y por ese motivo sé, que quienes me lean comprenderán lo inmenso que es ese amor.
Miguel Aramayo
SCZ.26-05-2021