Camina el caminante
Observo un camino muy largo, bordeado de árboles frondosos. Árboles que muestran el verdor de la naturaleza y pocos momentos se puede observar el cielo. Sus ramas son tan altas y tupidas que la claridad del día pasa a
duras penas. La calzada se distingue porque viendo el horizonte en lontananza, hacia el frente, se vislumbra la luz. También atrás se observa algo similar, desde luego que el frente es más luminoso, porque da la impresión que el sol ilumina de ese lado.
No se cuánto tiempo llevo avanzado por este hermoso camino, pero a momentos creo que no es más que un espejismo, una visión que fabrica mi mente para darme ánimos de seguir caminando. Sin interesar el tiempo transcurrido,
sin distraer mi mente con argumentos que pudieran desalentar mi caminar por la ruta que me trazó la vida y que de alguna manera es la vía que fui forjando al pasar de los años. No por la monotonía del transcurrir del día a día, sino por el esfuerzo inconsciente
de querer transitar esa huella, inspirándole todo lo bonito que uno pueda crear en su imaginación y con el objeto de ayudar al caminante a llegar a su destino.
Creo que el dar un sentido a la vida, ayuda a alcanzar los objetivos que uno se traza y en muchas oportunidades es el destino o el azar quienes lo modifican. De manera que le imponen dificultades, trabas, que uno debe
tener la habilidad de superar o el coraje de enfrentarlas, para que no logren vencerlo y al contrario, sean el aliciente para continuar en busca de lo que uno aspira. Hasta ahora he logrado avanzar hacia la luz que me alumbra el frente de mi existencia.
Esto que plasmo en letras son simples pensamientos que bulle en mi cabeza y mi cerebro trata de darle formas entendibles. Tanto como para satisfacerme la comprensión de lo que expreso y que leído o escuchado por otras
personas tenga algún sentido y no se quede en lo simplemente abstracto. De ser así podría parecer una nube que se desbarate con un solo un soplo del viento, viento que es contante en estas circunstancias.
No simplemente son los ejemplos los que pueden transmitir enseñanzas. Quisiera poder expresar en palabras y pensamientos lo que otros puedan utilizar como una guía para continuar por el camino, ese camino que yo vislumbro
como algo bonito, que no solo depende del destino, sino como algo que uno puede ir construyendo con el cumplimiento de objetivos. Primero serán a corto plazo y se prolongarán a mediano plazo, para que al final sean la luz que nos sirva de guía para alcanzarlos
a largo plazo.
Es cierto que Dios nos tiene asignado un destino, pero ¿dónde queda el “libre albedrío”? Tengo la seguridad que nosotros podemos colaborar a Dios para alcanzarlo, para lograr nuestros objetivos. No podemos cargar a Dios
y dejar en sus manos tareas que deben ser emprendidas por nosotros con su ayuda, pero no como responsabilidad total de Él, para después inculpar al destino, que es algo que hace los cobardes, los que no saben que el avance en esta vida depende de cada uno
de nosotros. Que el camino que nos queda sea cada vez más corto para llegar al destino forjado por nosotros con nueros actos. Depende de nosotros hacer que el camino sea lo más placentero posible.
Miguel Aramayo
SCZ.30-08-2022