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Viajando por el aire

4 Mar

Viajando por el aire

Viajando por el aire

 

Muchas veces he sentido la sensación de estar suspendido en el espacio; pero ahora fue algo real, estuve paseando en globo, algo diferente al viajar en una alfombra, lo cual hice varias veces. Volar en avión me da miedo e incluso tengo la experiencia de haberme caído en una oportunidad. Flotar en un globo aerostático es fuera de seria. En primer lugar, el globo no puede ser dirigido, no tiene timón ni ningún elemento que lo reemplace, el que lo comanda solo puede subir y bajar para ser arrastrado por el viento que algunas veces, dependiendo de la altura puede cambiar de rumbo. Solo tienes que pensar que no falte el combustible para mantener el globo inflado, pero quien comanda debe ser experimentado, de lo contario el viaje puede ser catastrófico. Te imaginas si el viento te lleva al mar y te alejas de la costa, en el momento que se agota el combustible, desciendes al extremo de amarizar. Otra de las maniobras complicadas es el aterrizaje, porque se debe elegir un espacio sin ninguna barrera en la que puedas chocar y tener una parada abrupta. Si esto ocurriera puedes destrozar la canastilla y dañar los pasajeros más el tripulante.

 

Hubiera preferido volar en un planeador, que también es un elemento en el cual dependes del viento y las corrientes térmicas, pero tienes un timón para dar el rumbo y los alerones que sirven para frenar la velocidad y controlar la altura. Lo que no tienes control es del viento, pero la posibilidad de aterrizaje es mucho más segura, porque puedes retornar a la pista desde donde fue el decolaje. Puedes desplazarte hasta a 200 kilómetros de velocidad, claro que al descender se puede incrementar la velocidad por la fuerza de gravedad. Se puede recorrer hasta 1.000 kilómetros por día y depende quien lo opera, no existe un piloto automático. El planeador fue inventado por un ingeniero británico, George Cayley que se dedicó al estudio de la locomoción aérea desde una perspectiva científica. En 1796 repitió los experimentos de Launoy y Bienvenu. El primer vuelo lo realizaron los hermanos Wilbur y Orville Wrigh el 17de diciembre de 1903.

 

De mis experiencias de vuelo lo que más me agrado es el volar con los pájaros. El mejor vuelo lo realicé como golondrina. Creo que son las aves que más disfrutan de esa posibilidad de desplazamiento, pueden volar en bandadas o en solitario, pueden elevarse mucho y hacer vuelos rasantes sin el temor de encontrarse con una barrera que los frene o les impida hacer las piruetas a las que están acostumbradas, además de ser junto a las palomas los pájaros más nombrados en poemas. Esta mañana leí que un pajarito que se llama Aguja Colipinta (Limosa lapponica) voló sin escalas desde Alaska hasta Tasmania durante 11 días, según el portal australiano ABC. Ese pájaro fue uno de los cientos a los que científicos colocaron, en Alaska, una etiqueta satelital 5G para rastrear su ruta de migración. La aguja colipinta viajó 13.560 kilómetros y rompió el récord mundial de vuelo sin escalas de aves.

 

Lo que me faltaría es experimentar un vuelo sobre las nubes, pero no en un avión, un globo, un planeador o como pájaro. Lo que podría experimentar es volar montado en una nube. He visto que estas se desplazan batidas por el viento. Una vez que yo estaba desplazándome en mi carro vi que una nube me seguía y en esa nube viajaba una dama, pero hace tanto tiempo de ese hecho que me recuerdo vagamente, pero lo tengo registrado.

 

Cuando llegue el momento de partir a la eternidad, no sé cuál de los medios de locomoción utilizaré o quizá El Creador me lleve de las orejas o de un puntapié, Si Él lo permite, llegado el momento les contaré como fue esa partida.

 

Miguel Aramayo

SCZ.02-11-2022 Hoy se recuerda a los difuntos y ayer fue el día de los hombres (Día de todos los Santos)