Inspírame
Inspirarme
Quiero escribir y se agolpan en mi mente: recuerdos, poemas, versos, un montón de palabas que luchan por salir de mi cabeza, pero mi cerebro las refrena, porque son alocuciones sin sentido y peor que eso, ¡sin sentimiento…! Eso deja triste mi espíritu, porque mis ansias por plasmar en palabras mis pensamientos es tan fuerte que atormenta mi alma.
No quiero decir mucho, pretendo hilvanar pensamientos que expresen lo que tengo dentro mío, pero no con versos absurdos y palabras huecas, ¡no…! Quiero algo que tenga sentido, no solo para mi satisfacción, sino que también pueda ser aceptado por mi entorno, por quienes pierden su tiempo leyendo mis escritos.
Estas ansias no son nuevas, desde muy chico quise expresar lo que llevo dentro y transformarlo en palabras. Mi madre fue a la primera persona que le dediqué por escrito algo de lo que podía expresar en ese momento, también pretendía escribir a algunas chiquillas, pero nunca pude quedar contento con lo que expresaba. Tengo un verso que me lo dedique a mí mismo y ese si logro satisfacerme, porque su contenido expresa en gran medida mi forma de ser, con poquitas palabras decía que, siendo el amor grande, no es necesario me retribuyan de la misma manera. Porque expresarme reclamando que me quieran, después reflexionaba, ¡Qué me quieran…!, ¿para qué?
Logre escribir muchas páginas de todo lo producido, muchos cuentos largos, con un significado muy superficial. También escribí algo que pretenciosamente denominé novelas, fueron unas cuatro, le escribí poemas a mis nietos y presente en la feria del libro 13, en los que están incluidas las novelas. Además de todo eso tengo concluidos cinco libros que siguen en borrador esperando que tome un nuevo impulso para publicarlos.
En este momento sufro porque quedé parado en un espacio de tiempo, rogando que las musas se acuerden de mí y me visiten o que por lo menos me envíen relámpagos, mensajes que permitan poder extraer de mi ser lo que llevo dentro y no puede tomar forma. Estoy cansado de escribir temas irrelevantes para mí, que si son palabras, algunas veces coherentes, no me satisfacen, porque quisiera expresar algo profundo, algo que presiento y tengo dando vueltas en mis neuronas, algo que al salir de mi mente y tomar mis dedos como instrumentos, puedan reflejar en el papel: mis penas, mis alegrías, mis ansias, todo ese montón de palabras que necesitan orden, coherencia y sentido para que pueda descargar este peso que por ahora llevo adentro y que podrían desbordarse en palabras.
Mientras tanto, seguiré leyendo, soñando despierto, buscando poder pasar al papel estas ansias que ahora me atormentan y que luchan por exteriorizarse, pero todavía sin sentido. Lo peor, sin el sentimiento que pueda mostrar: quien soy, como soy y lo mucho que podría ser, si tuviera la suerte de encontrar un tema que complete mi alma o como decimos «que me llene la casita del ojo».
La inspiración algunas veces dura fracciones de segundo y se grava fuertemente en la conciencia, otras veces se construye poco a poco en los momentos de ensoñación y va tomando forma. Eso no se debe dejar pasar, tiene que ser capturado en papel, aunque sea simplemente como bosquejo, que después pueda ser purificado y mejorado, añadiendo palabras y en algunos casos completando con investigaciones enriquecedoras, para tener citas de hechos reales y no simplemente ficción. Escribir un cuento largo o una novela, requiere además de la inspiración, de tiempo, documentación y mucha redacción, pero también en los cuentos y novelas se puede usar un truco, que es el dialogo, lo cual amplia la cantidad de palabras y va dando forma poco a poco a la trama.
Espero que no me tome mucho tiempo encontrarme con las musas.
Miguel Aramayo
SCZ.04-12-2022