Y se sentía
Y se sentía
Han pasado tantos años desde ese acontecimiento traumático, Que en ese momento le produjeron un daño que parecía irreparable para su psiquis, que él creía tenerla fuerte y dominada, pero con lo sucedido vio lo débil que era en la realidad. Decía como entre chiste y verdad que no le tenía temor ni al diablo, que incluso lo invocaba desafiante para sentirse realmente fuerte, porque entendía que estaba sobre protegido por Dios y todos los Santos.
El hecho que le afectó y que en un momento parecía que podía sobrellevar, le dejó una huella profunda, pero por su misma forma de ser y al sentirse fuerte, pensó que sería un acontecimiento pasajero, pero caló tan hondo que, en un momento llegó a trastabillar emocionalmente, incluso pensó en quitarse la vida, al extremo de buscarla con ansiedad, algo así como lo expresa el bolero que canta José-José, compuesto por Rafael Ferro y Roberto Livi, que en parte dice: «Me quedé sin sentido, por el suelo caído, sin tu amor y sin fuerzas y por hacerte caso, me dispuse a morir. Traté de que se hiciera más grande mi herida, recordarte primera medida. No me pude morir y enfermé. Busqué como loco Una bala perdida Que pudiera quitarme la vida Fracasé y aquí estoy otra vez«.
Ese malestar le duro algún tiempo, pero logró dominar la situación y su ánimo fue cambiando con el tiempo, hasta el extremo de quedar escondido en el subconsciente y continuó su vida con la rutina habitual, pero desde ese momento no fue el mismo. ¡Cambió!, aunque nadie notó eso, ni siquiera él. Su alma dio un vuelco y a partir de ese momento el trauma sufrido se convirtió en una obsesión que lo fue atormentando., Por suerte su capacidad de razonar amortiguó, para que esa obsesión no se convierta en un mal dañino a su psiquis y se convierta en un trastorno obsesión convulsiva (TOC). «El problema de buscar la verdad siempre es la dificultad para ser capaz de admitirla».1
También leyó algo de Benedetti, (Frases y poesías) que peso que le venía como anillo al dedo para expresar sus sentimientos: «Hoy brindo por lo que ayer dolió y hoy superé. Por los que supieron dejar una huella en mi vida y no una cicatriz. Por los viejos tiempos y sus grandes momentos. Por lo que se fue, por lo que está y por lo que vendrá. Por los que partieron, pero están en mi corazón».
Pasarón tantos años, que aparentemente las cicatrices no se notan, porque aprendió a convivir con ellas y ahora las toma como algo que forman parte de su idiosincrasia. Cuando la obsesión retorna a su mente, encontró la forma de ahuyentar ese fantasma mediante la oración, pero le quedó como trauma el pretender que todo esté ordenado, que todo funciona como un reloj. Como el reloj ideado por él como parte evolutiva y señal que remarca las consecuencias de lo que pudo ser un TOC.
Miguel Aramayo
SCZ.14-06-2023
- Capítulo 8 del libro de Javier del Castillo en su novela El juego del alma
Cualquier tiempo pasado te recuerda algo que ya no tienes.
A veces es mejor no revivir los recuerdos y dejarlos permanecer perfectos en la memoria para no estropearlos con la realidad.