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Kasín y Alí Babá

3 Ago

Kasín y Alí Babá

Increíble como suceden las cosas, algunas veces los sueños se convierten en realidad, o son sueños tan reales que uno no sabe si está soñando, o está en la realidad, además teniendo un amigo como el que tengo, estando en la realidad puedo estar soñando.

 

El Ser Chiquito me visitó y me contó que en uno de sus viajes, de hace muy poquito tiempo, tuvo la suerte de encontrarse con mis nietos que están en Dubai, estaban en una playa con sus padres y él estaba de paseo con un emir que es muy buena gente, y pariente de mi amigo de infancia con el que hasta ahora mantenemos contacto y que se llama Juan Tadeo. Dice que después de que dejaron a la familia en el puerto, ellos partieron, acompañados por las luces de las estrellas rumbo al emirato, que estaba a muy corta distancia. Después de desembarcar se fueron caminando al palacio del emir.

 

Cuando se acercaron al palacio, sin pronunciar una palabra por el cansancio que tenían, que los mantenía callados y como llevaban escarpines de seda sus pasos al caminar era tan silenciosos que no produjeron ningún ruido.  Al entrar en el salón principal, ¡gran sorpresa!, adentro de la sala habían dos personajes en situación sospechosa. El Ser Chiquito corrió aproximándose a la alarma para pedir ayuda y el emir dio un grito que asustó a los dos personajes, que inmediatamente se arrodillaron y levantando las manos imploraron, diciendo sus nombres. Eran Kasín y Alí Babá, que por un error llegaron al palacio y como no vieron a nadie entraron, estaban espiando porque escucharon voces y música en otra habitación próxima al salón. Esperaban anunciarse como corresponde a cualquier persona de bien, pero fueron sorprendidos en esa pose y por lo tanto pedían disculpas.

 

Después del susto y cuando comenzaron a llegar los guardias del palacio, el Ser Chiquito y el emir iniciaron el interrogatorio, y vieron que en realidad lo que decían ambos, era verdad y como prueba de su inocencia relataron el cuento que los hizo famosos, el de la cueva en la cual los ladrones entraban al interior de la roca entornándola como si se tratara de una puerta, con las palabras mágicas: “sésamo ábrete”…, además presentaron y obsequiaron al emir con una esmeralda tan grande y brillante, que Kasín llevaba en el bolsillo. El emir quedó con la boca abierta de ver tanta belleza, era algo muy valioso, pero sobre todo algo muy hermoso.

 

Yo también escuché ese relato del Ser Chiquito, babeando de incredulidad y de sorpresa, porque nunca pensé que esos personajes hubieran existido en la realidad y que solo eran el relato de Schahrazada en el libro de “Las mil y una noches”, pero como dije al principio, lo que algunas veces me sucede no parece real, parece un sueño y ahora que lo escribo quedo con la duda, por eso comparto con ustedes esa experiencia y espero que sean ustedes los que me ayuden a averiguar si lo que les digo en verdad sucedió o simplemente fue un cuento. Cuando tenga oportunidad de estar con mis nietos que ahora están en el Medio Oriente, les preguntaré sobre si conocieron al emir del que me habló el Ser Chiquito, si es verdad eso entonces también es verdad la historia del encuentro con Alí Babá y su hermano Kasín.

 

 

 

Miguel Aramayo

SCZ- 3-08-2006