Para obtener riqueza hay que trabajar e invertir
El trabajo para encontrar hidrocarburos económicamente rentables es un proceso largo y muy costoso. Indicios de hidrocarburos en superficie, tales como rastros de petróleo o escapes de gas son comunes en la naturaleza, pero muchas veces representan pérdidas en las condiciones de sello de la trampa o estructura que los contienen, lo que puede implicar que se perfore y no se encuentre nada comercial. Solo rastros y nada más, tal como parecería, por la información documentada en YPFB, que está sucediendo en el norte de La Paz.
Los estudios teóricos para iniciar una búsqueda seria de petróleo o gas, parten por conocer la existencia de una cuenca sedimentaria con condiciones geológicas firmes que indique la presencia de rocas generadoras de petróleo o rocas madres, estratos con condiciones de porosidad y permeabilidad que permitan la acumulación de los fluidos o rocas reservorio y, simplificando el cuadro, estructuras geológicas y rocas capaces de retener los hidrocarburos y constituir esta acumulación en un campo o yacimiento rentable. Es decir, que para iniciar el proceso debe tenerse en primer lugar la experiencia de las zonas donde se supone que podrían existir hidrocarburos, situación que puede concretarse con imágenes satelitales que permitan un macro estudio de geología, que si no me equivoco, se denomina geología de superficie. Si los resultados generales dan indicios ciertos de la presencia de regiones con las características descriptas, se programan nuevas inversiones para ampliar el conocimiento de la zona, con la adquisición de sísmica tradicional, o cualquier actividad que se realice, va acompañada con un estudio de impacto ambiental. A medida que se avanza con la sísmica, el estudio de impacto ambiental se debe ir monitoreando su avance, y a su vez desplegando la correspondiente remediación ambiental, para dejar todo, en lo posible igual que lo que se encontró antes de ejecutar la sísmica. A partir de ese momento se pueden optar pos dos posibilidades, una es la de perforar un pozo exploratorio y la otra es hacer una sísmica más avanzada que se denomina sísmica 3D.
Si se opta por el pozo exploratorio, será necesario un nuevo estudio de impacto ambiental para obtener la licencia de perforación, preparar las vías de acceso, armar la planchada del equipo y saber como se van a manejar los desechos de esta actividad. A medida que se avanza en la perforación se van obteniendo muestras (testigos) a los cuales se realizan una serie de estudios químicos, estratigráficos, paleontológicos, registro de perfiles eléctricos, sónicos, etc., que incrementan el conocimiento y las características geológicas de la zona, hasta que la perforación llega a niveles en los que puedes decidir si existen o no hidrocarburos, y si estos podrían ser comerciales. Es decir que en esta etapa se decide su abandono o iniciar trabajos para determinar su verdadero potencial productivo.
Si este pozo resulta exitoso después de todos los estudios realizados se entuba, se cementa, se hacen las pruebas de producción y le adicionan las válvulas necesarias (arbolito de navidad). De acuerdo a la magnitud del hallazgo, se deciden las obras necesarias para ponerlo en producción, tales como instalaciones para almacenar, bombear fluidos, instalar una infraestructura que permita realizar separaciones del gas o del petróleo producido por el pozo, construir los ductos o las instalaciones, etc., para lo cual, como se a expresado anteriormente, nuevamente se hacen necesarios los estudios de impacto ambiental, monitoreo y plan de remediación.
De la información obtenida con el primer pozo se puede decidir directamente la perforación de otro o bien ampliar el conocimiento del subsuelo registrando sísmica 3D, metodología que dará una mayor visión de lo que existe debajo del suelo y la posibilidad de ubicar un nuevo pozo con menor riesgo y obtener mejores resultados que si no se hubiera utilizado ese método avanzado.
Toda esta perorata que me costó aproximadamente cuarenta años entenderla, quiero compartirla con ustedes en pocas palabras para mostrarles que para hacer algo en hidrocarburos, no es solo nacionalizar lo que está hecho, y aplicar ¡odio!, ¡mucho odio!, ¡pelear con los inversionistas y los especialistas!… ¡No!, no creo que esa sea la forma de hacer las cosas bien, pero estoy viendo que la política aplicada en nuestro país está siguiendo ese camino y lo que digo ahora es para que recapaciten y vean una mejor forma de hacer las cosas, en beneficio de Bolivia y todos los bolivianos. ¡El amor construye!, ¡el odio destruye!…
Miguel
SCZ 27-08-2006