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Alguien

20 May

Alguien

En lontananza se observaba algo que tiene un movimiento extraño, pareciera una persona, porque su figura es erguida y caminaba sobre dos patas, por lo tanto no es un animal, porque si hubiera un sido un simio, su caminar sería distinto, es un humano y por lo tanto no son patas las que le dan la locomoción, sino son los pies que están al extremo de unas piernas largas y que se doblan a la altura de la rodilla cuando una pierna se adelanta a la otra y los pies se curvan de manera que dejan apreciar el movimiento de : talón, planta punta; primero de un pie, luego del otro.

 

Ese movimiento no es de alguien que parte, ¡no…!, es de alguien que se aproxima. Está muy lejano, porque la distancia del horizonte permite observarlo cada vez más próximo, pero su andar es tan pausado que, desde donde está, hasta donde se lo percibe pasará mucho tiempo hasta poder distinguirlo o poder apreciar si es hombre o es mujer, la cadencia de sus pasos no deja poder diferenciar el sexo del personaje que se aproxima y la elegancia con la que discurre su caminar tampoco deja apreciar, es elegante, monótono y cadencioso.

 

Quien lo miraba adelantarse en el camino, es similar a ver la aproximación del horizonte, proporcionando una visión que se traduce en paz. Sin el apuro de que se adelanten los acontecimientos, más al contario, con la paciencia que solo la paz interior puede proporcionar, sin el afán de acelerar los acontecimientos. Es así como uno se imagina el transcurrir de la vida, cuando uno ha llegado a una cierta edad, cuando no requiere que lo apuren, ni tampoco pretender detener el tiempo.

 

Se puede respirar con tranquilidad y percibir que el aire penetra a los pulmones, proporcionando el oxígeno requerido por los pulmones, para purificar la sangre que posteriormente se irrigue por todo el cuerpo, hasta llegar al cerebro que es la terraza desde donde se aprecia el devenir de la existencia. Ese oxígeno, alimenta las neuronas, que son las que conservan los recuerdos de la existencia y éstas pueden proporcionar la imagen de lo almacenado en su interior, ¡los recuerdos…!, la filmación de lo trascurrido en lo vivido.

 

La vida es color de rosa, porque uno la puede pintarla del color que quiera. De la misma manera la forma de esperar lo que se aproxima del infinito y uno no se apura por saber ¿quién es?, y ¿qué es lo que quiere? Cuando uno cree haber hecho todo lo que le correspondía y haber disfrutado de todos los acontecimientos que lo rodearon, después de haber brindado todo el amor que se pudo, uno puede esperar que venga ese futuro y no tendrá que reclamar, porque uno ya dio lo que supone que debió ser lo correcto y si uno se queda solo y con poco amor o sin ninguno, es porque