Amistad
Los verdaderos amigos son un tesoro con valor incalculable. Porque es grande y profundo el sentimiento de amistad. En uno de los versos de Martin Fierro dice: Su esperanza no la cifren Nunca en corazón alguno; En el mayor infortunio pongan su confianza en Dios; de los hombres, sólo en uno, con gran precaución, en dos. Además de ese verso me permito transcribir otros del mismo libro que dicen:
Al que es amigo, jamás lo dejen en la estacada, pero no le pidan nada, ni lo aguarden todo de él. Siempre el amigo más fiel es una conduta honrada»
«Bien lo pasa hasta entre pampas el que respeta a la gente. El hombre ha de ser prudente para librarse de enojos, cauteloso entre los flojos, moderado entre valientes»
«Estas cosas y otras muchas, medité en mis soledades. Sepan que no hay falsedades ni error en estos consejos. Es de la boca del viejo, de ande salen las verdades»
El viernes pasado falleció una gran amiga, hermana de un amigo que la precedió en la partida hacia la eternidad. Durante ese día y el sábado estuve con los parientes de esos amigos, quienes me consideran parte de su familia, porque hace sesenta años que nos mantenemos en contacto, por lo cual, a la mayoría de las personas con las que estuve los conozco desde que eran niños y yo estaba en la adolescencia, así que los recuerdos acumulados son muchos y muy variados.
Los miembros mayores de esa familia ya no están con nosotros, pero nos dejaron valiosa enseñanza, que recibimos de ellos como ejemplos de vida y más que todo, nos legaron el significado de amistad. De esa manera, el tiempo transcurrido desde la última vez que nos vimos se escurrió y nos abrazamos expresando el cariño acumulado, como si nos hubiéramos visto ayer, aunque las canas ya afloran en nuestras cabezas, en unos más que otros.
Pese al dolor que vivimos ese momento, retornaron a mi mente gratos momentos vividos con cada uno de los que pude ver y la conversación fluyó en ese sentido. Cuando estuvimos en el Campo Santo, mis ojos se llenaron de lágrimas, que supe contener, pero que interiormente cayeron a raudales, especialmente cuando el féretro era depositado en la madre tierra y mis ojos contemplaron las lapidas de Julie que está a la derecha de la Sra. Anita y ahora Ann que estará a su izquierda. También recordé a Jimmy que descansa en USA.
Sólo quedamos Jenny, que ahora vive en Venezuela y que, por la situación actual, no pudo estar presente, yo que me considero hermano de ellos, lo mismo que Jaime que vive en La Paz y que también acompañó en su dolor a sus descendientes.
Miguel Aramayo
SCZ.10-01-2018