Amor y brisa
Esto que escribiré tendrá una parte material, pero con influencia de amor y la otra espiritual y semejante a una brisa. A continuación, la parte material:
Conocí a Chica (Mary Nelda Bravo Chávez), la mujer que me dio dos hijos, ocho nietos y la posibilidad de pertenecer a una hermosa familia. Quina Justiniano Bravo me presentó a su prima Chica. Quina estaba casada con un primo hermano de mi padre (Luis Aramayo Roca). Ese tío a su vez era primo hermano de la Sra. Sarita (Sarah Chávez Roca de Bravo).
En mi primer encuentro con los esposos Bravo, en La Providencia, monté a caballo y me caí, por suerte sin consecuencias, sólo me embarrarme, después llovió torrencialmente y me bañé en un chorro que caía del techo, como no tenía ropa para cambiarme, dormí con un piyama de mi suegro, eso fue en diciembre de 1965. Unos meses después, en mi segundo viaje aprovechando de un parte de baja médica, porque me operaron, la Sra. Sarita me pidió ayuda para descargar la camioneta y al alzar una bolsa de naranjas me dio una hemorragia y sentí el calor de la sangra que me llenaba los zapatos.
La atracción que sentí por Chica se convirtió en amor y como lógica consecuencia en matrimonio. Desde el día que me casé me convertí en el hijo de mis suegros, eso fue algo tácito, espontaneo y con mucho respeto y sinceridad. Mis suegros me acogieron con mucho cariño, incluso antes del matrimonio y desde el matrimonio me convertí en un hijo más para ellos y mi suegro me dio total confianza, incluso me permitió construir un departamento en su casa. Los tiempos políticos lo hicieron pensar en vender la propiedad y yo colaboré en conseguir los compradores y cuando todo estaba hecho, la Sra. Sarita no quiso firmar los papeles y se frustró la venta, pero don Manuel quedó enojado y dijo que no trabajaría más. La Sra. Sarita me preguntó si yo podía ayudar administrando La Providencia. Renuncié a YPFB División Santa Cruz y como Tita (mi cuñada) se estaba por casar, ella y su marido se fueron a vivir a mi casa. Ya en ese tiempo, 26 años de edad, ya tenía casa propia y dos hijos que no estaban en colegio, Tita y su marido acompañaron a Chica y yo me fui a vivir al campo, porque para atender una propiedad de esa magnitud no se puede hacer a control remoto, hay que estar presente. Fueron cuatro años bellos y demostré mi capacidad, porque incluso mi suegro me dio poder para manejar su chequera y disponer de todo su patrimonio, además ya era egresado de la universidad.
Ahora viene la parte espiritual: Mientras estábamos despidiendo a mi suegra, que después de setenta días de enfermedad nos abandonó para partir a la eternidad, Entre los cantos de la liturgia y las lindas palabras del sacerdote que celebró esa ceremonia, leyendo el evangelio lo que se denomina el libro de las sabidurías, me vino un ataque de llanto, que no era algo contenido, porque desde la madrugada de ese día 24 de julio ya desperté llorando a mares. Me consolaron mi nuera Blanquita y mi nieta Fabiana, tranquilizándome.
Terminada la ceremonia y mientras retiraban los arreglos florales, sentí como si fueran vaciando mi espíritu, a medida que salían las flores me quedaba más liviano y cuando tocó que saquen el féretro y ya no quedaba ni una sola flor, sentí que yo formaba parte de la brisa, porque estoy convencido que cuando dejamos este mundo para pasar a la eternidad, el amor no muere se convierte en brisa, pero por extraña casualidad los anuncios meteorológicos coincidieron y esa brisa, que se convirtió en un tremendo ventarrón muy frio y así permaneció durante el sepelio y se depositaba a la Sra. Sarita en su última morada, morada material, porque ella está en el cielo.
Ahora que espiritualmente me siento vacío, tengo la seguridad que esas dos mujeres que marcaron mi vida y me brindaron tanto amor, ahora me darán protección. Y estoy seguro que el día que me toque juntarme con ambas, una me estará esperando con una orquesta rusa que interpretará el tango “Sentimiento Gaucho” para bailar con mi madre, mientras mi otra madre, la Sra. Sarita me esperará con un asadito en horno tapado y empanadas fritas. Estoy seguro que ahora y desde la eternidad me seguirán protegiendo.
Miguel Aramayo
SCZ.25-07-2019