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Analizando la mente

15 Jul

Analizando la mente

Era un individuo al que un grupo de personas acometieron, en un lugar céntrico de New York. Propiamente en la Quinta avenida y la intersección con la 14.
Él no sabía que sucedía. L
o subieron en una limusina negra con vidrios polarizados y le pusieron una inyección que lo dejó consciente, pero atolondrado o con musculatura tan relajada que incluso le costaba
cerrar la boca. Lo llevaron a toda velocidad por calles que lo confundieron y desorientaron, a él que era tan conocedor de su ciudad. En un momento dejó de ver edificios y construcciones y solo se observaba campos verdes con algunas cercas blanca y de vez
en cuando una vaca o un grupo de bellos caballos. Le dio la impresión de que lo transportaban a algún lugar de Nueva Jersey por la Autopista Interestatal 78, porque le pareció reconocer Búfalo, que era un poblado que solía frecuentar.

 

Salieron de la carretera asfaltada y se adentraron por un camino vecinal que a ambos lados se observaba amplia vegetación delimitada por árboles muy frondosos, que no permitían apreciar el horizonte,
pinos y abetos que perfumaban el ambiente con un olor mentolado muy penetrante. De la casa salió una persona llevando una silla de ruedas, en la cual lo sentaron para transportarlo al interior de la casa que por dentro daba el aspecto de un centro de salud.  

 

Después de transitar por una sala amplia, que daba la impresión de ser un hall de espera, pasaron por un amplio pasillo con puerta a ambos lados hasta llegar a una que se abrió y dejó ver a un
hombre con aspecto de médico. Tenía un estetoscopio colgándole del cuello, pero en su uniforme no se observaba ninguna identificación. Era un hombre joven, alto, con un físico atlético de facciones serias, pero que mostraban un rostro agradable, muy bien afeitado
y correctamente peinado además despendía un agradable olor a una loción fina. Sonrió dejando ver una perfecta dentadura y unos labios no muy finitos, mostraban rasgos de bondad.

 

Saludo al visitante con un simplemente: Hola, ¿cómo te sientes?, ¿se te pasó el cansancio y podrías caminar por tus propios medios? El interrogado con pocas palabras expresó extrañeza y preguntó:
¿Por qué estoy aquí?, ¿Qué van a hacer conmigo? ¡No te preocupes…! Estás aquí porque queremos ayudarte. Primero te haremos un chequeo médico completo y después conversaremos un poco. Aparentemente estás con un problemita que podría ser un trastorno obsesivo,
que te produce pérdida de control y quedas desorientado. Te estuvimos siguiendo por más o menos una semana a solicitud de alguno de tus amigos o parientes. Quienes saben perfectamente donde te encuentras en este momento y confían en nosotros, lo que haremos
con vos.

 

Después de realizar un estudio clínico con todos los análisis. Pasaron a la parte psíquica y psiquiátrica, incluyo revisión oftalmológica. Concluido toda la batería de revisión por fuera y por
dentro, se demostró que el individuo estaba en perfecto estado de salud. Lo que sus amigos y parientes observaron, eran simplemente susceptibilidades, que produjeron un gran susto en quien era auscultado en ese momento.

 

Le toco a él explicar que efectivamente tenía una manía, que por suerte estaba controlada en base a fuerza de voluntad. Lo que se le escapaba un poco, era una obsesión tormentosa que estaba a
punto de superar, porque se dio cuenta que la falla total y absoluta le correspondía. No podía culpar a nadie de su entorno. Todo dependía de él. Su egolatría y falta de capacidad para amar le habían causado algunos problemas. Estaba resignado a todo lo pasado,
sabía que ya no cabía hacer nada. El tiempo había pasado, no se podía retroceder, por lo tanto, debía afrontar la situación actual. No quedaba más que resignarse, lo cual no era muy difícil de conseguir.

 

Agradeció por la buena atención brindada por los médicos y la preocupación de amigos y parientes. Lo que en un principio lo asusto y pensó que lo habían confundido con alguien involucrado en temas
más peligrosos, tuvo un final feliz. Lo retornaron al lugar donde se inició el periplo y todos quedaron felices, los médicos, los amigos y parientes, desde luego que el involucrado.

 

Miguel Aramayo

SCZ.20-08-2021