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Capacidad de soñar

22 Oct

Capacidad de soñar

Pienso en mí, como soñador, como creador de sueños. La mayoría de eso en despierto, lo que me hace llegar a la conclusión que más que soñador, soy un pensador. Todo el tiempo estoy
ideando situaciones a las que muchas veces les asigno una existencia de hechos reales, pero que nunca existieron. únicamente fueron creación de mi mente, que pueden ser hechos ficticios o copiados de otras situaciones. Con la capacidad que tengo, ¡pueden ser
verdades o simples mentiras…!, que las leí en alguna novelita, en alguna noticia o simplemente la escuché de un relato que no me pertenece o que lo capturé al ver una película.

 

Desde muy corta edad, quizá desde los comienzos en los que tuve capacidad de expresarme y recordar. Cuando creé al personaje que hasta ahora me acompaña y muchos piensan que es simplemente
la “muletilla” utilizada para poder escribir con mayor facilidad, como un ardid literario. Ese personaje que tiene vida propia en todos mis cuentos y en algunas de las novelas que escribí y que incluso tiene nombre propio: “El ser Chiquito” o simplemente “Chiquito”,
con su propia personalidad y que posee un perfil fisonómico, al cual atribuyo que es en la realidad mi “Ángel de la guarda”. A él le contaba mis cuentos inventados, mis sueños y algunas veces escuchaban los cuentos y sueños de él.

 

El intercambio que tuve de vivencias con ese personaje, que en su gran mayoría son simplemente ficción, pero tan adecuadamente estructurada que, incluso él y yo le dimos los visos
de existencia real, al extremo que se convirtieron en hechos reales que después los conté a los demás como si fueran realidad de mi vida, de mi experiencia. Ahora después de haber transcurrido tanto tiempo, al extremo que estoy en condiciones de poder transmitir
esos cuentos a mis bisnietos, en muy poco tiempo más y que ellos se formen una idea de lo vivido por el bisabuelo, porque al ser ficción les podría resultar interesante, como les resultó a mis hijos y a mis nietos.

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Quizá esa mi forma de ser, soñador y cuentista, sea algo que me transfirieron genéticamente mis ancestros y que la mayoría de mis recuerdos y los sueños acumulados en mis neuronas
sea en una gran parte ficción. Con lo cual podría decir que soy en realidad una simple farsa. Una gran mentira, una falsedad estructurada de tal manera que logré engañarme y mentir a todo mi entorno. La situación es mucho más complicada de poder solucionar,
porque estaría adentro de una burbuja sin salida y que, razonando, meditando y quizá con ayuda psicológica, neurológica y psiquiátrica; podría poder desdoblarme y separar la realidad de la ficción.

 

A estas alturas y casi al final de la existencia. ¿será necesario que yo sepa quién soy? Y me pongo a pensar si será necesario ¿que los demás sepan quién soy? Podría ser un gran
chasco para ambos. Si he vivido tantos años en esa burbuja, es preferible que continúe allí hasta que me toque rendir cuentas al final de los tiempos y quienes me rodean continúen sin conocerme, porque el conocimiento que tienen de mi los mantiene felices,
¿porque decepcionarlos?

 

Esto que siento, después de quedarme en silencio y haciendo uso de mi computador, ¿será algún defecto, una tara solamente mía?, o ¿será alguno muy general de la humanidad?, ¿algo
que está en el interior de todos los seres humanos? Algunas veces me pongo a pensar ¡que soy un mentiroso…!, ¡pero no soy el único…! Somos muchos y quizá algunos más que yo.

 

Miguel Aramayo

SCZ.25-08-2022