¿Conversación o chat?
En otro de mis viajes increíbles, esta vez por el cielo, entre nubes, sin protección de los rayos ultravioletas, infrarrojos y un sin número más de rayos que por estos lugares están presentes, dada la escasez de ozono en algunas partes de la espera cósmica, pero libre de los influjos de la radiofrecuencia que producen los celulares y cuanto aparato eléctrico funcionando sobre la corteza terrestre y que con toda seguridad influyen en lo que son los humanos actualmente, que se diferencian de los antiguos.
Como les digo caminando entre nubes, donde pude apreciar algunas personas tocando arpas y liras, pero no conocía a ninguna de esas personas, todas uniformadas de blanco y con una aureola que coronaba sus cabezas, no se distinguía si eran hombres o mujeres, porque todos vestían batas blancas muy holgadas, que incluso tapaban sus sandalias y no dejaban apreciar ningún tipo de curvas. Lo que si pude reconocer fueron algunos ángeles, de esos sin identificación que andan dispersos, pero que se reconoce que son ángeles, porque tienen alas a diferencia de las personas y no tienen aureola y tampoco tocan ningún instrumento. Están allí como asoleándose sin hacer nada, pero en espera de recibir órdenes superiores.
Los Ángeles que conocemos y tienen nombre, no están entre las nubes, ellos habitan en el mismo territorio donde está Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo), que no se lo ve, porque es totalmente espiritual, pero se nota porque a su alrededor se ven serafines, querubines y los Ángeles con nombre: Gabriel, el mensajero divino que revela la voluntad de Dios (anunciación, bautismo, etc.), también los musulmanes lo llaman Jidril y es quien le dictó el Corán a Mahoma. Miguel, el más grande de los cuatro grandes Arcángeles. Rafael, el ángel de la alborada, regente del segundo cielo. Daniel, del coro de los principales. Gamaliel, el encargado de elevar a los elegidos.
Existen otros ángeles que no los oímos nombrar como: Aba, que controla la sexualidad de los humanos. Ababaloi, que se lo invoca en rituales cabalísticos del rito Salomónico. Abariel, regente de las mansiones de la Luna. Abbaton, ángel de la muerte y custodio de las puertas del infierno.
Los ángeles son muchos como para poderlos nombrar a todos, pero lo primero que me enteré en el viaje, que yo no estaba en los cielos superiores, que son desde el primer cielo hasta el décimo cielo. Donde yo merodeaba era el cielo que vemos que está antes del primer cielo, que es donde habitan los que están en la lista de espera para ser elevados al cielo que les corresponde, que puede ser el primero, segundo u otro superior, hasta llegar donde están los arcángeles y está Dios.
Lo más bonito que me sucedió en ese viaje, es que nadie tenía celular, ni tablet, ni ninguna burrera electrónica, todos conversaban a viva voz y se escuchaban entre todos, sin tener una pantalla de por medio y sin los famosos pititos, soplidos y campanillas que en la tierra poluyen el ambiente, incluso en las iglesias y los velatorios. Cuando quise hablar con los habitantes de esas nubes, me permitían ingresar al grupo de conversación sin necesidad de pedirme password o identificación ni dirección, nadie me reconocía por mi IP, sino simplemente por mi fisonomía, tampoco necesitaba GPS para movilizarme entre nubes.
Miguel Aramayo
SCZ.17-09-2018 Cumpleaños de mi prima Patricia y mi sobrina Sarita.