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¿Cuándo llegará el final?

31 Jul

¿Cuándo llegará el final?

Que pregunta difícil, es sólo el Altísimo el que podría responder. Lo interesante es que, sin querer, a medida que avanza el tiempo y se acorta la vida, nuestra mente comienza a pensar con mayor frecuencia en este hecho irreversible. “Se nos acerca el final”. Comenzamos a contabilizar lo que hicimos, lo que nos queda por hacer, también recordamos lo que pudimos haber hecho y deberíamos haber hecho y no lo hicimos.

 

Nos volvemos más piadosos, pero al mismo tiempo más iracundos, más nerviosos, más melindrosos y hasta cierto punto, comenzamos a negar algunos hechos que fueron parte de nuestra vida y que ahora queremos olvidar que los hicimos o disfrazamos, queriendo mostrarnos más buenos que lo que en realidad fuimos. Por lo general, todo eso asoma a nuestros pensamientos, como un examen de conciencia y lo dejamos para nosotros, no lo exteriorizamos. Creo que algunas personas pensarían, que esto que estoy escribiendo podría quedar únicamente escrito sin publicar. En mi caso, estoy seguro que es preferible exteriorizarlo compartiéndolo con los íntimos, con los amigos, que entenderán nuestra situación.

 

Algo que me duele, me molesta y me lastima, es que todavía tengo el poder del raciocinio, pero ya no tengo las fuerzas que te brida la juventud y el entusiasmo por vivir se va perdiendo, y al suceder eso nos vamos abandonado y creo que eso es lo peor, pero pareciera que es una situación irreversible, fruto de nuestra propia naturaleza. Quisiéramos que los que nos siguen se hicieran cargo de nuestro empuje y empeño pasado y dieran impulso a nuestros proyectos, que van quedando rezagados.

 

Quisiera que esto que escribo, fuera el fruto del dolor que me produce el haber perdido un amigo entrañable, pero eso es una simple disculpa. Lo que siento es algo que vengo arrastrando de hace un tiempo atrás y creo tener la valentía de no esconderlo y prefiero exteriorizarlo, para que los que nos siguen vean que el gran camino que recorrimos y que fuimos forjando en el transcurso del tiempo nos está resultando pesado para continuar transitándolo y quisiéramos transferirlo a alguien que se anime a seguirlo.

 

Esto que pienso y expreso, no es más que una ilusión, una quimera, cada ser humano es una individualidad, es un ser único y el querer que nos siguán no es más que un deseo, un deseo fatuo, es fruto de nuestro propio egoísmo, pretendiendo que solamente seamos nosotros los únicos egoístas, sin pensar que la propia individualidad en que fuimos creados es la consecuencia de ser cada uno, lo que corresponde a cada uno. Ni los gemelos, con la misma idéntica cadena genética pueden ser uno solo.

 

Tal vez al expresar esto, alguien se anime a decir, ¡continuemos con esa obra, vale la pena, tiene posibilidades de crecimiento…! o por lo menos que digan ¡es fácil continuar, si nos esforzamos entre todos, ya se avanzaron 44 años, llegar a los 100 es posible si ponemos el hombro entre todos…! Ejemplos en la historia hay a montones, los iniciadores nos dejaron el camino trazado y sólo hace falta seguirlo, no es necesario hacerlos inmortales a los pioneros.

 

Dios nos juzgará en forma individual, al momento de presentarnos a él y la misma calificación aplicará cuando llegue lo que expresa el “Apocalipsis”, el momento del juicio final, en que el Ángel seleccione a los que actuaron de acuerdo a los preceptos y los que deben desaparecer eternamente, según lo dictamina el libro de la vida.  

 

Miguel Aramayo

SCZ.19-06-2018