El alma
Estaba divagando, como es mi eterno vivir y en ese transitar por todas partes y por ninguna realmente conocida, tuve la oportunidad de encontrarme con algunas almas, pero ninguna de ellas de personas que hubiera conocido, quizá una algo conocida, principalmente por su fama. Era el alma de alguien que nació en Besanzón el 26 de febrero de 1802 y que murió en París el 22 de mayo de 1885, fue poeta, dramaturgo, novelista, también fue político e intelectual muy famoso. Su madre (Sophie Trébuchet) de origen bretón, lo bautizó con el nombre de su amante (Víctor Lahorie), que también era su padrino y con el apellido de su marido (Joseph Léopold Sigisbert Hugo). Dentro de sus obras más importantes puedo citar “Los miserables” y de sus poemas, que son muchos y que todos expresan sentimientos de una forma profunda: A una mujer y Canción, los mismos que transcribo a continuación:
A una mujer
¡Niña!, si yo fuera rey daría mi reino, / mi trono, mi cetro y mi pueblo arrodillado, / mi corona de oro, mis piscinas de pórfido, / y mis flotas, para las que no bastaría el mar, / por una mirada tuya. // Si yo fuera Dios, la tierra y las olas, / los ángeles, los demonios sujetos a mi ley. / Y el profundo caos de profunda entraña, / la eternidad, el espacio, los cielos, los mundos / ¡daría por un beso tuyo!
Canción
Nace el alba y tu puerta está cerrada / Hermosa mía, ¿a qué dormir? / ¿Si se despierta la rosa, / no vas a despertar tú? // Mi lindo encanto / escucha ya, / a tu amante que canta / y también llora. // Todo llama a tu puerta bendita. / Dice la aurora: «yo soy el día.» / Dice el pájaro: «yo la armonía.» / Y mi corazón: «yo el amor.» // Mi lindo encanto / escucha ya, / a tu amante que canta / y también llora. // Te adoro, ángel, te amo mujer / Dios que me completó contigo / creó mi amor para tu alma. / Y mis ojos para tu belleza.
Hablando con las almas que me encontré en mi caminar errante, pude sacar algunas conclusiones que las describo y comparto a continuación:
Se pueden escribir poemas sin necesidad de ver lo que otros poetas escribieron. Porque los poemas salen del alma y en el alma de cada uno está lo que contienen el cerebro y el corazón del hombre que es poseedor de esa alma.
El alma, es el nexo que une un cuerpo determinado a Dios. Por lo tanto, lo expresado por esa alma será de conocimiento de Dios, pero como Él ¡supuestamente…!, nos da libre albedrío, Él lo tomará como simple información, pero no intervendrá en la opinión de esa alma, ni en el poema que exteriorice.
El inspirador del poema es alguien, que puede ser un ser querido, que puede ser una mujer conocida o simplemente un amor platónico que inspirará a un hombre, quien buscará a su alma para expresar los sentimientos que impulsan su cerebro y su corazón, para traducir esos impulsos, esos ímpetus en palabras que conformarán un poema que repetido por una voz acorde exteriorizará los sentimientos que le impulsaron a esa alma para esa creación.
¿Cómo me encantaría tener ese don?, tener un alma que sepa expresar mis sentimientos en palabras, en palabras que rimen y que posean una métrica que pueda llegar como un soplo divino, como una dulce melodía a la persona que inspira esos sentimientos.
Miguel Aramayo
SCZ.13-09-2018
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