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El arbolito de Navidad

24 Dic

El arbolito de Navidad

El arbolito sobre el que trata este cuento, no es uno normal, es algo diferente, se parece mucho más a los arbolitos que usaron los amigos de Piter Pan, cuando llegaron al País de Nunca Jamás y se escondían de los malos, que los perseguían y que eran aliados del Capital Garfio.

 

En este caso el arbolito al que me refiero era un arbolito de navidad en casa de los abuelos, arreglado muy prolijo por la abuela, con abundantes luces y adornos que más que colgantes eran flotantes porque no se sabía exactamente donde estaban sujetados.

 

A los pies del arbolito el consabido pesebre con estatuas que pese a la inmovilidad aparentaban ser de carne y hueso, el niñito tenia rasgos tan bonitos que parecía un muchacho de tipo europeo con grandes ojos azules, casi como los ojos de José Miguel, o quizá verdes como los de Lucia, pero por lo luminoso de los foquitos te confundía, su piel era blanca como la que tienen los primos antes nombrados o quizás más parecida al color de piel de José Ignacio (incluso tenia pecas), la tonalidad y la abundancia de sus cabellos eran muy parecidos a los de María Laura y como estaba chuto se le veía un cuerpito parecido al de Carlos Andrés, cuando tenia la misma edad, pero sus manos indiscutiblemente eran como las de Fabiana cuando baila flamenco.

 

Realmente era un niño que tenia parecido con todos y cada uno de los primos (se lo ve muy bonito), la Virgen y San Jose con el cambio y pestañar de luces también se confundían entre los tios Mauricio y Blanquita, con una tonalidad e intensidad, y al cambiar esta luminosidad parecen los Tíos Carlos y Daniela. Los Reyes Magos no se parecerían mucho mucho a nadie conocido, auque al ver con cuidado, el canoso y barrigón que creo que se llama Gaspar, se parece al abuelo Miguel, claro que está sin lentes y con una barba blanca, que es lo que me confundió, pero esa pancita es conocida, entre los pastores también hay una gordita que en vez de tener trenzas tiene el pelo cortito, pero si, ¡¡es idéntica a la abuela Chica!!, también en ese mismo grupo se diferencia a una flaquita que es la tía Tita y un renegón que no quiere cantar en el coro, es el tío Moso y la que está arriando a las ovejas (con su palo) es la abuela Saruca.

 

Realmente quedé emocionado de contemplar el arbolito de Navidad y lo que más me llamó la atencion, que quien dirigía el coro, ¡¡¡era Julico!!! Dentro de los demás personajes del sequito del nacimiento (no eran muchos) pero todos parecían conocidos y el paisaje, la fragancia y luminosidad del entorno, me hacían pensar que el mismo se desarrollaba en el corral de La Providencia.

 

Después de un largo rato que me quedé absorto contemplando ese espectáculo genial, me di cuenta que pese a estar como uno de los personajes vivientes de ese nacimiento, también flotaba en el ambiente como si fuera una nube, pero una nube con conciencia, y lo que fue el punto final para esta historia, ¿ni se imaginan quien apagaba, encendía y hacia centellar las luces las estrellitas y los adornos?, ¡era mi amigo el Ser Chiquito!, que cuando se dio cuenta que lo pillé en eso, me sonrió y con un gran grito me dijo ¡FELICIDADES!, ¡FELICIDADES PARA TODOS!, ¡MUCHA PAZ!, ¡MUCHO AMOR!, y sobre todo ¡MUCHA UNION ENTRE USTEDES!, y con la seña de un gran beso volador, desapareció en la espesura del arbolito.

 

Inmediatamente después de esto los personajes que nombré se pusieron a danzar alrededor del pesebre, armando tal chiverio con sus cantos, pese a que lo que decían era: “Noche de paz, noche de amor”, y no se que mas, no les pude entender.

 

Colorín colorado, este cuento ha terminado y será hasta la próxima Navidad.

 

 

 

Miguel Aramayo

SCZ 24-12-2005