info@miguelaramayo.com

¿Es bella la lectura?

22 Oct

¿Es bella la lectura?

Leo en forma incansable y algunas veces pienso que me compenetro en el tema de tal manera que me dejo absorber por los conceptos que contienen mis lecturas. Algunas lecturas me producen una gran satisfacción e incluso
alegría, pero otras deprimen mi espíritu, me hacen ver lo complejo que es el mundo. Como el ritmo con el que leo es constante, mi mente pasa de uno a otro tipo de sensación, dependiendo lo que se atraviesa por mis ojos, que en forma insaciable no pueden dejar
de estar atentos a un libro, un artículo, un mensaje o una simple noticia escrita.

 

Por suerte existen formas de escapar a ese afán de querer captar todo lo escrito, Una de las formas más poderosas es el trabajo, el cual me obliga a dejar mi afición. Otra es la escritura, que de alguna manera me aleja
de la lectura,

para obtener la información requerida y poder seguir redactando, pero me obligo a muy cortas lecturas de pocas influencias psicológicas de temas relacionados y de efímera permanencia en mi memoria. Si, pero hay cuentos, anécdotas, recordatorios
personales que surgen de mi imaginación, hasta obtener la información requerida para seguir redactando.

 

Para poder continuar comentando sobre mi obsesión, investigué el asunto y vi que la literatura sobre el particular es muy extensa.
En 1869, el teólogo bávaro Alois Pichler fue nombrado «bibliotecario extraordinario» en la Biblioteca Pública Imperial en San Petersburgo, Rusia. Según alguien que escribió sobre el tema
de nombre Stuart, persona que encontré mientras investigaba, opinaba sobre el juicio que le siguieron al bibliotecario que era el ladrón de libros de la biblioteca.  Durante el juicio por el robo de 4.500 libros, su abogado defensor trató de mitigar la pena,
alegando que Pichler, padecía una «condición mental peculiar”, una manía no en el sentido legal o médico y en sus alegatos uso por primera vez el término
“bibliomanía” 

 

¿Qué es la bibliomanía? Los profesionales consideran la bibliomanía como un trastorno psíquico consistente en una pasión exagerada e incluso enfermiza por los libros. De esta forma, el adicto vive obsesionado por comprar,
coleccionar y almacenar libros. Resulta evidente que hace 100, 200 o 500 años los niños, jóvenes y adultos no se podían enganchar al móvil, obviamente. Pero sí que gustaban de los entretenimientos de la época. En este caso encontraron pasatiempos como la comida,
el baile, la música, el sexo… Y por supuesto, los libros. Es decir, todos ellos posibles objetos de provocar adicción.

 

Creo que cuanto más se lee, más información procesa la mente, por lo que será más ágil y capaz de retener conocimientos. Actualmente, por recomendaciones médicas, las personas ejercitan su mente mediante la lectura y
otros recursos como la realización de crucigramas y juegos de ingenio. Pienso que mediante la lectura se puede reducir la aparición del estrés. Cuando lees y te introduces en el relato o la información, te olvidas de aquello que en ese momento te preocupa. 
La Lectura nos transporta a un mundo paralelo en el cual momentáneamente nos desconectamos de todos los problemas.

 

Esto puede ayudarnos, alejándonos por un momento de las adicciones. Los lectores adquieren una profunda conexión psicológica con los personajes y eventos que van sucediendo en el libro, o lo que se está leyendo. Con lo
cual hace que nuestra atención sea más pausada y pensativa ante la exposición de nuevos hechos e ideas que requieren mayor comprensión.

 

Miguel Aramayo

SCZ.06-09-2022