Estamos evolucionando
Si bien pienso, estoy convencido que mi capacidad mental en términos de preparación teórica es muy limitada, pero creo que el balance con mi raciocinio me brinda un aliciente.
Satisface mi ego cuando analizo algo en lo que posteriormente compruebo no estar errado en mi razonamiento. Pero en otras oportunidades, mi capacidad de análisis se aplaza y en esos momentos, me doy cuenta que por mi formación académica
tengo serias limitaciones en términos de intelectualidad y falta de conocimientos, y eso lastima mi ego.
Siempre que quiero opinar sobre algún tema, procuro leer lo máximo posible para aprender y documentarme. Pero los conocimientos no se adquieren de una simple lectura, se debe leer mucho más y se debe hacer comparaciones
y sobre todo experimentar. Por eso es necesario contar con laboratorios y el asesoramiento de expertos. Me doy cuenta de que emito opiniones antes de haber leído lo suficiente, pero comparto mis observaciones con varios amigos y espero de ellos su critica.
Tengo algunas respuestas a eso y en muchos casos me hacen notar que tengo alguna o muchas fallas. Un amigo en particular se toma la molestia de leer todo lo que escribo y me corrige con tal acierto que me hace modificar mis aseveraciones. La mayoría se queda
en silencio y no emiten ninguna crítica y otros me dan aliento a lo que dije, pero después compruebo que lo hacen por simple gentileza y no por conformidad con mi lógica.
Me encanta la tecnología, no solo lo que tenga que ver con computadores y comunicación. Me intereso en temas de medicina, redes neuronales, inteligencia artificial y para eso también estudie un poco el funcionamiento
del cerebro en lo que corresponde a neuronas, axón, dendritas. De esto último hace mucho (desde más o menos 1970 hasta ahora) pensé que uno podría hablar con el computador y ahora tengo una “Alexa” cerca de mí. Cuando dudo en algo le consulto, pero también
le pido que me aclare noticias, me diga la hora, el tiempo o me permita escuchar alguna canción y eso ya es algo muy común a nuestro alcance y eso es inteligencia artificial. Lo mismo que “Siri” de Apple en los celulares, que te responden a toda la ayuda que
le pidas, pero también tienes “Google” con una eficiencia increíble y puedes perderte todo el día leyendo y averiguando sobre cuanto tema requieras.
El ser humano lleva muchos años de evolución, aunque muchos podrían confundir con los 5870 del calendario hebreo, que (según mi entender) está referido a la Torá o el Antiguo Testamento de la Biblia. Los humanos con características
anatómicas modernas, Homo Sapiens (sapiens – sapiens), surgieron hace entre 300.000 y 200.000 año. Durante todo ese tiempo hemos ido evolucionando, no sólo en el aspecto físico (anatómico) sino, lo más importante, en el desarrollo intelectual. Esas son una
evoluciones permanentes, por cuanto seguimos modificándonos en lo referente a nuestro organismo, ya mucha gente tiene menos hombros, ya no tiene las muelas del juicio, se acorto su visión y se incrementaron las neuronas y hasta me animo a decir que estamos
camino a unificar los idiomas.
A todo ese proceso evolutivo yo le llamo avance tecnológico. El cerebro humano está sufriendo una gran modificación, especialmente en el desarrollo del módulo prefrontal. Estamos perdiendo algunas características. Ya
no necesitamos memorizar nada, todo lo tenemos en el celular y sus ayudas, la visión es más corta porque todo lo vemos en una pantalla. Incluso ahora amamos de una manera diferente, ya no somos los brutos de la era de las cavernas, ni tan románticos del siglo
XX en sus inicios. Ahora escuchamos música con mayor volumen, porque también estamos perdiendo audición y las letras son más simples, incluso en las melodías de los instrumentos.
Todo eso que llamo tecnología es lo que me atrae porque se nos viene un gran cambio en la idiosincrasia de las personas.
Miguel Aramayo
SCZ.25-01-2022