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Ilusión óptica.

22 Nov

Ilusión óptica.

Cómodamente sentado en una butaca de la salita de lectura de mi casa, mientras leía “El palacio de la media noche” de Carlos Ruiz Zafón, por un instante dejé posando el libro en una silla y después de cerrar por un momento los parpados entorné los ojos en busca de reposo y acumulación de lágrimas, para continuar la lectura. Al abrir nuevamente los parpados, mis ojos enfocaron la mirada en el estante donde están depositados los libros que leí, los que esperan ser leídos y los que por casualidad aun no fueron leídos.

 

Mi visión se concentró en un rincón del estante, en un grupo de diez libros, finamente empastados y que pertenecen a la colección, “EDAF” (Madrid 1974) y que corresponde a obras inmortales de grandes autores, como: Julio Verne, Allan Poe, Chejov, Dickens, Doltoyevski, Oscar Wilde, Quevedo, Shakespeare, Tolstoi, Víctor Hugo. Mis ojos recorrieron todo el estante y se posaron en el lomo del sexto libro de la colección, que con letras doradas en un destaque del lomo decía: “Julio Verne”.

 

Mientras trataba de descifrar el significado del destaque, que me dio la impresión de que era una columna por la cual ascendía una enredadera, que no podía llegar al capitel, porque la columna estaba rota, o por lo menos inconclusa. Llegué a leer el nombre del autor, pero grande fue mi sorpresa cuando me pareció que desde el interior de ese libro emergía un grupo de marineros, que parecía que entonaban una canción, canción que desde la butaca donde estaba sentado no se llega a distinguir si era canción o una discusión.

 

Restregué mis ojos, primero pensando que fuera una ilusión óptica, pero cuando volví a mirar, no sólo que estaban los marineros, sino que también había otro personaje, alto, de un más de un metro ochenta, con una barba y un bigote muy bien cuidados e intensamente negros, con el pelo de las sienes ligeramente entrecano, peinado uniformemente hacia atrás, que vestía un traje muy elegante de color azul marino, con el cruce de doble fila de botones, como las casacas militares, pero sin ningún bordado, ni charreteras, ni cordones y botones dorados, pero con el mismo cuello que usan los militares, que es similar al cuello de las sotanas que usan los curas.

 

Todos los marineros que rodeaban al personaje que se destacaba, parecían simples marionetas a su lado. Observe con gran sorpresa que todos los libros del estante habían desaparecido y no solamente eso, todo mi entorno había sufrido una metamorfosis, un cambio instantáneo. Era como que yo estaba subido en un acantilado y que la escena descrita correspondía a lo que estaba sucediendo en la playa, en una playa de un azul difuso y de arenas casi blancas, con un oleaje uniforme y acompasado, que las olas al golpear en su orilla dejaban una espuma blanca, semejante a un fino encaje, cuyo bordado con finos hilos, dejaba adornada la orilla.

 

Pude observar también dos marineros, con escafandras y mochilas de las que aparentaban salir mangueras que les proveían de oxigeno y que muñidos de sendas armas, similares a las escopetas, luchaban con un monstruo que aparentaba ser una araña gigante, algo más grande que un perro “San Bernardo”, esa escena se producía a poca distancia del grupo de marineros, pero dentro del mar, los marineros que estaban en la playa, estaban junto a tortugas de un tamaño monumental y con ellos estaba el personaje elegante que se destacaba y que me imagino era “El Capitán Nemo”.

 

Más allá de la orilla y del monstruo araña, se observaba un navío, que por su aspecto correspondía a un submarino, que había emergido y que tenía un aspecto ¡poderoso!, como si se tratara de un navío con propulsión atómica, pero en realidad era el “Nautillus”, la famosa nave de la novela “Veinte mil leguas de viaje submarino”.

 

Quedé extasiado, escuchando el murmullo de las olas, el silbar de la brisa marina, peinando el acantilado y, el piar de las gaviotas y pelícanos, que volaban muy próximos a donde yo estaba disfrutando de esa visión, que me permitía recordar la trama de esa gran novela de Julio Verne.

 

 

Miguel Aramayo.

SCZ. 22-11-2008