La poesía
Soy simplemente un aficionado a la escritura y en mi poco entender y saber, pienso que la poesía debe ser el género literario con mayores guías para poder escribir un poema, por cuanto sus reglas son muchas y muy bien marcadas, para un soneto u octeto o cuantas formas se presenten. Por lo tanto, debería ser el género con mayor ayuda para escribir, porque habría que cumplir las normas. Pero no es así, porque puedes saber de memoria todas las reglas, pero tu inspiración desaparece del contexto de normas que te rodean y que las puede saber de memoria. La rima puede ser un poco más complicado, pero si sabes contar silabas y párrafos para llegar a una estrofa, con un adecuado manejo del lenguaje puedes encontrar las rimas. Eso no es todo, un poema debe tener sentido y debe expresar sentimientos y la mayoría de las veces esas normas corren, ahuyentan, espantan las musas.
Yo pienso que cuando quiero expresar sentimientos no debo ser interferido por normas y puedo dar rienda suelta a mi imaginación, porque es ella la que posee la idea central que permite extraer de mi interior los sentimientos que embargan mi alma en ese momento. Una vez exteriorizados mis sentimientos puedo pulirlos para cumplir con las reglas, pero pienso que incluso esa tarea es complicada porque podría distorsionar los sentimientos y eso creo yo, que es mucho más sensible.
Existen muchos poetas a los que respeto profundamente y no me alcanzaría esta hoja para nombrarlos y necesitaría muchas hojas, cuadernos y libros para anotar los versos que me agradan, pero me animo a decir que son dos los que por ahora quisiera recordar, no porque sean los mejores, sino porque son los que “llenan la casita de mi ojo”, uno de ellos incluso me cae muy mal como político, es el uruguayo Mario Benedetti y el otro es un cantor argentino que vive hace muchos años en Europa que se llama Alberto Cortez. Son simples en sus composiciones y le escriben a la vida, a los objetos que están próximos a nosotros y que concuerdan con mi manera de ver la vida, la amistad, el amor, los recuerdos. A continuación, transcribo un poema de cada uno de ellos:
En un rincón del alma (Alberto Cortez): En un rincón del alma / donde tengo la pena / que me dejó tu adiós. / En un rincón del alma / se aburre aquel poema / que nuestro amor creó.
En un rincón del alma / me falta tu presencia / que el tiempo me robó. / Tu cara, tus cabellos, / que tantas noches nuestras / mi mano acarició.
En un rincón del alma / me duelen los «te quiero» / que tu pasión me dio. / «Seremos muy felices, / no te dejaré nunca, / siempre serás mi amor».
En un rincón del alma / también guardo el fracaso / que el tiempo me brindó. / Lo condeno en silencio / a buscar un consuelo / para mi corazón.
Me parece mentira / después de haber querido / como he querido yo. / Me parece mentira / encontrarme tan solo / como me encuentro hoy.
¿De qué sirve la vida / si a un poco de alegría / le sigue un gran dolor? / Me parece mentira / que tampoco esta noche escucharé tu voz.
En un rincón del alma / donde tengo la pena / que me dejó tu adiós. / En un rincón del alma / se aburre aquel poema / que nuestro amor creó.
Con las cosas más bellas / guardaré tu recuerdo / que el tiempo no logró / sacarlo de mi alma; / lo guardaré hasta el día / en que me vaya yo.
Por siempre (Mario Benedetti): Si la esmeralda se opacara, / si el oro perdiera su color, / entonces, se acabaría / nuestro amor.
Si el sol no calentara, / si la luna no existiera, / entonces, no tendría / sentido vivir en esta tierra / como tampoco tendría sentido / vivir sin mi vida, / la mujer de mis sueños, / la que me da la alegría…
Si el mundo no girara / o el tiempo no existiese, / entonces, jamás moriría / Jamás morirías / tampoco nuestro amor… / pero el tiempo no es necesario / nuestro amor es eterno / no necesitamos del sol / de la luna o los astros / para seguir amándonos…
Si la vida fuera otra / y la muerte llegase / entonces, te amaría / hoy, mañana… / por siempre… / todavía.
Miguel Aramayo
SCZ-24-11-2018