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La vida

31 Jul

La vida

Hace unos días una de mis nietas me pidió que le haga llegar algo escrito sobre mi biografía, en ese momento lo único que tenía en mente es un compendio biográfico de mi familia, partiendo de mi tatarabuelo, pero eso es algo que ocupa más o menos 200 paginas, de las cuales la mitad corresponde a mi biografía (a partir del capítulo V), pero mi nieta quería algo mucho más corto y en ese momento me recordé que poseía dos cuentitos que podrían ser mi biografía, ambos bien reducidos, uno de dos páginas (Algo sorprendente) y el otro también de dos páginas (Así soy yo). El primero correspondía a una etapa muy corta de mi vida, más o menos tres años y el otro más que un periodo era una descripción de cómo me observo yo, es como una confesión de algunos defectos y virtudes que me las asigno yo mismo y por lo tanto puedes ser falsas.

 

Nací un 29 de septiembre de 1944 y tengo la seguridad que soy fruto del amor de mis padres, tuve una infancia muy linda y puedo asegurar que toda mi vida fue muy linda. Mi madre era puro amor, mi padre tenía su amor escondido y sólo mostraba sus rasgos de serio, estricto y para alguno ¡malo!, para mí no. Era un muchacho muy cariñoso, no me quedaba más remedio, para poder borrar lo inquieto y travieso. No podía estar un momento quieto ni callado, todos mis parientes me querían y yo a ellos, pero mi abuela paterna (Mercedes Muñoz Alviña), que era argentina y mi abuelo (Carlos Victor Aramayo Campo) se desvivían por mí y me gustaba estar en la casa de ellos. Mucho de mi forma de ser actual se la debo a sus ejemplos y enseñanzas. Quien marcó mi vida de una forma muy profunda, porque hablaba todo el tiempo conmigo y me trataba como a un adulto era mi bisabuela Eloisa Alviña que era viuda de Manuel Muñoz (ambos peruanos)

 

Tuve dos hermanos menores, Leticia y José, con los que me llevaba muy bien, porque siendo yo el mayor los protegía y jamás peleé con ellos, desde luego que ellos también eran muy buenos conmigo. El colegio primario lo hice en un colegio mixto, Instituto Americano. Los tres primeros años de la secundaria los hice en un seminario de la congregación de los Salesianos, porque pensé que Dios me había llamado, pero fue un falso llamado, pero estoy seguro que fueron los tres mejores años de mi vida y son los que dejaron una huella indeleble en mi personalidad, lo que soy ahora lo aprendí de esos años.   

 

Los otros tres años del bachillerato los hice en el colegio La Salle y fue allí que cultive los mejores amigos, los que hasta ahora conservo y muy especialmente a uno (Jaime Villalobos), del cual hasta el día de hoy seguimos cultivando la amistad, amistad que nació en el barrio desde los siete años. Otro de mis amigos (Jimmy Vargas) murió muy joven, pero hasta ahora sigo conservando la amistad con sus hijas que viven en New York.

 

A los 17 años me independice, con autorización de mis padres y emigre a Argentina, donde trabajé e inicie mis primeros estudios administrativos. Esos años viviendo como hombre independiente, sin ningún otro sustento que el fruto de mi trabajo fueron los que me dieron los rasgos de trabajo, orden y sacrificio que conservo hasta hoy y que he procurado transmitir a mis hijos y he comentado con mis nietos, para que ellos puedan tomar algo de lo bueno que puedo ofrecer.

 

A mis 21 años decidí radicarme en Santa Cruz, porque después de conocer quedé enamorado de la ciudad, de su gente, de su clima y quedé seguro que podría triunfar aquí y aquí estoy. Me case a los 22 años y mi primer hijo (Carlitos) nació cuando yo tenía 23, en ese tiempo trabajaba y estudiaba en la Universidad Gabriel Rene Moreno, antes de que yo cumpla 26 años nació mi segundo hijo (Mauricio) a los 27 años termine la universidad. Me adjudicaron la casa donde vivimos actualmente, porque trabajaba en una empresa petrolera que se llamaba Bolivia Gulf Oil Co., la misma que fue nacionalizada, después de los cual permanecí dos años más y después a pedido de mi suegra me fui a administrar la providencia y nos dedicamos a la agricultura, sembrado 200 hectáreas de algodón, pero mantuvimos la lechería, la cría y recría de ganado, la lechería producía 11 arrobas diarias de queso y se contaba con un ato de 1200 cabezas de las cuales 300 eran las vacas de ordeña. Simultáneamente comencé a trabajar en Contec y fui de los socios fundadores.

 

Creo que esto se puede considerar mi biografía vista a vuelo de pájaro, pero que contiene todo lo que es importante, el saldo ya son adornos, dentro de los cuales se encuentran los nietos, a los que desde que nacieron hasta el día de hoy sigo adulando y queriendo con todo mi corazón.

 

Miguel Aramayo

SCZ.04-05-2018