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Las complicaciones del amor

19 May

Las complicaciones del amor

Estoy leyendo un libro escrito por Cristina Morató que titula: “Divina Lola” y recopila la vida de Lola Montes, la falsa española que quiso ser reina. Al mismo tiempo pienso en lo complicado que puede ser el amor para personajes tan notables como el Rey Luis I de Baviera, que abdico en favor de su hijo, también enamorado de una bailarina irlandesa (Lola Montes). El de rey Eduardo VIII del Reino Unido y los dominios de la Mancomunidad Británica, además de Emperador de la India (Edward Albert Christian George Andrew Patrick David). Ahora su sobrino nieto Harry que renuncia a la Corona, también por temas sentimentales.

 

Pero no son los únicos, la historia está plagada de corazones rotos, infidelidades e historias de amor que enternecen el corazón y borran la razón. Por otro lado, leo temas científicos, donde le dan poco valor al sentimiento y muestran que eso que llamamos amor, no es más que algo fisiológico que obedece a emanaciones de hormonas que alteran el conocimiento y la conciencia de las personas, tanto de hombres como de mujeres, que la atracción no es más que una reacción física de feromonas.

 

Enrique VIII de Inglaterra, se casó seis veces, rompió con la iglesia católica de Roma y creo su propia iglesia, la anglicana. La primera mujer murió de cáncer a las otras las hizo decapitar. Cien años después de su muerte se estimó que sufría de sífilis congénita, la misma que trasmitió a sus hijos: Eduardo VI, Maria I de Inglaterra e Isabel I, tuvieron síntomas de esa enfermedad heredades del padre.

 

Muchos de los matrimonios en la nobleza europea, eran arreglos políticos por conveniencias, por lo tanto, en esas uniones no existía el amor y una vez realizadas las uniones, las mujeres se convertían en máquinas de hacer hijos en busca de los herederos varones que comprueben la adecuada sucesión de sus progenitores y al mismo tiempo mantengan las uniones políticas entre reinados afines. Un ejemplo clásico es el matrimonio de Felipe II con la reina Maria I de Inglaterra, su tía, hija de Enrique VIII y Catalina, la hija menor de los reyes de España. Felipe II, no contento con la hija mayor de Enrique VIII, vio la posibilidad de casarse con Isabel I hija del mismo rey y hermanastra de su mujer que estaba muriéndose.

 

Ese tipo de historias en la nobleza todavía perduran hasta nuestros días y una muestra Clara es el divorcio de Diana, que después de algunos amoríos tiene una muerte trágica. La separación de Diana del príncipe Carlos y el matrimonio de éste con su amor de siempre y actual mujer, son ejemplo de los amores en la nobleza. Pero las historias en esa familia no quedan quietas, el hermano de Carlos, también se divorcia y ahora está metido en un problema de pedofilia y pornografía. Con todo eso me pongo a pensar que es mejor no ser inglés y menos de la familia real y preferible escapar de la corona.

 

Las historias de amor, tanto en la vida real como en la ficción son explotadas con frecuencia y tenemos muchas novelas que muestran hechos muy interesantes como Otelo y Desdémona, Romeo y Julieta. Desde la literatura griega y los mil y un episodios entre los dioses del Olimpo o los amores de la Odisea, o amores como los de don Quijote y Dulcinea de Toboso. También tenemos historias muy bonitas de “Las mil y una noche”, contadas por Sherezade o los amores de Menen con la chilenita o de Perón con Evita y así como ellos son muchos los hombres y mujeres que se rindieron en aras del amor, de la pasión y porque no decir de los escándalos, como el caso de Clinton y la Lewinsky.

 

Miguel Aramayo

SCZ.20-01-2020